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06 septiembre 2011

ARTURO PÉREZ REVERTE

Arturo Perez-Reverte


por Ana Alejandre

Arturo Pérez-Reverte, novelista y periodista español, nació en Cartagena, en noviembre de 1951. Poco se conoce de su niñez que transcurrió en su tierra natal.

Actualmente, apartado del periodismo al que ha dedicado más de veinte años como corresponsal de guerra de prensa, radio y televisión en los conflictos internacionales más importantes como fueron la guerra de Chipre, diversos períodos de la guerra del Líbano, la guerra de Eritrea, la guerra del Sahara; así como en el conflicto de las Malvinas, la guerra del Salvador, la de Nicaragua, la guerra del Chad, la crisis de Libia, las guerrillas de Sudan, la guerra de Mozambique (1990), la guerra de Angola y el golpe de estado de Túnez, además de: la Revolución de Rumanía (1989-1990), la crisis y guerra del Golfo (1990-91), la guerra de Croacia y la guerra de Bosnia (1992-1994)

Se inició en el periodismo en el diario Pueblo en el que trabajó doce años y pasó luego a los servicios informativos de Radio Televisión Española donde permaneció otros nueve y prosiguió en radio y televisión, alcanzando gran notoriedad en dichos medios.

Actualmente, se dedica exclusivamente a la literatura y ha creado, entre otros, el famoso personaje del Capitán Alatriste. 


Desde 1991 escribe como columnista en el semanario XL Semanal, suplemento del grupo Correo que se distribuye conjuntamente con más de 25 diarios españoles, considerándose una de las secciones más leídas de la prensa española, pues ha llegado a alcanzar la cifra de más de cuatro millones y medio de lectores.

En 1986 publicó su primera obra El húsar, que transcurre en la época de la invasión napoleónica de España; El maestro de esgrima, en 1988, que retoma la época de la revolución de 1868, a las que siguieron La tabla de Flandes, 1990, que se basa en un cuadro flamenco a través del que se investiga un crimen acaecido en el siglo XV. Otros títulos son El Club Dumas que utiliza el mismo pretexto narrativo en forma de grabados. La sombra del águila (1993), Territorio comanche, de 1994, La piel del tambor (1995), Un asunto de honor (Cachito), (1995), Obra breve (1995) y La carta esférica (2000). Además La reina del sur, novela que trata de la vida de la narcotraficante Teresa Mendoza, personaje fronterizo y que logró convertirse en la cabecilla de un poderoso clan de narcotráfico. En 2004 publicó su novela Cabo Trafalgar, cuyo tema principal es la batalla naval del mismo nombre que tuvo lugar en 1805, y en la que combatieron la flota hispano francesa contra la británica. Además, ha publicado El pintor de Batallas (2006) que se considera su obra más intimista y de profunda sinceridad, porque en ella se refleja al verdadero Pérez-Reverte sin artificio; Un día de cólera (2007), Ojos azules (2009) y El asedio ( 2010), su última novela.

Además escribió la serie dedicada al Capitán Diego Alatriste, capitán español de los Tercios de Flandes que, paradójicamente, no era capitán, pero eso no desdice al famoso personaje que cuenta con el fervor de innumerables lectores. Este personaje con claroscuros, como cualquier ser humano, está magistralmente ambientado en su época, siglo XVII, es el protagonista central de excitantes aventuras en las que intervienen sus amigos y compañeros con los que vive innumerables e inolvidables peripecias. Ofrece títulos como El capitán Alatriste (1996), Limpieza de sangre (1997), El sol de Breda (1998), El oro del rey (2000) y El caballero del jubón amarillo (2003) que ha sido considerado uno de los éxitos editoriales más importantes de los últimos años; y, la última entrega, Corsarios de Levante (2006)

Sus artículos publicados en prensa entre 1998 y 2009 ofrece títulos como Patente de corso (1998), Con ánimo de ofender (2001).No me cogeréis vivo (2005) y Cuando éramos honrados mercenarios (2009)

Algunas de sus obras han sido llevadas al cine con gran éxito, como la novela El maestro de esgrima, de 1992, y dirigida por Pedro Olea;Territorio comanche, en 1997, dirigida por Gerardo Herrero. Además, algunas de sus obras han servido de guión de películas, como fue el caso de El club Dumas que inspiró La novena puerta, de 1999, que fue dirigida por Roman Polansky.

Es académico de la Real Academia Española, en la que ingresó el 12 de junio de 2003, y su discurso de presentación tuvo el título singular de El habla de un bravo del siglo XVII.

Su obra está traducida a numerosos idiomas y se le considera uno de los escritores millonario en ventas y lectores que le profesan una total fidelidad por su estilo inigualable. 


Obra:

Su obra literaria está influenciada tanto por la tradición de la novela histórica y la novela policíaca, pues se desenvuelve en ambas con absoluta facilidad y cuenta con un número de seguidores fieles que lo han convertido en uno de los escritores españoles con mayor índice de ventas.

El lenguaje que utiliza en toda su obra, en general, es llano, claro, directo, incluyendo en su prosa las expresiones comunes en el habla del ciudadano medio, incluso aquellos términos malsonantes y propios de la jerga juvenil, lo que le ha permitido hacerse popular y muy admirado por jóvenes lectores que ven en él la frescura y espontaneidad que tanto les fascina, por adaptarse a sus modos y formas de expresión, además de ofrecer aventuras y acción en todas sus novelas, tanto históricas como actuales. Su estilo narrativo es el apropiado a los libros de acción y de historia novelada que crea, aunque cuida mucho, con un especial mimo, aquellos vocables y expresiones propios de la época relfejada en cada ocasión, a lo que le ayuda el equipo de documentalistas que le asesoran en las obras de tinte histórico, rescantando del olvido vocables y expresiones que son de un riqueza linguística singular.

Su narrativa, por tanto, entronca en cuanto a los personajes y escenarios que recrea con los de Pérez Galdós y Pío Baroja, salvando las diferencias temporales y de personalidad que existen entre ellos. Pérez-Reverte es un escritor de historias y, por ello, cuenta hechos, aventuras, batallas, amores y desamores, pero en todas predomina la acción, la sucesión continua de hechos que arrastra al lector en su desarrollo. Especialmente, las novelas dedicadas a su personaje el capitán Alatriste, situada en el siglo XVII, en el que el personaje, miembros de los Tercios de Flandes, revela no sólo la pericia de su narración flucida para contar sucesos, sino el profundo conocimiento que tiene de la época reflejada y que le ha valido un gran número de seguidores fieles a su estilo personal y distinto a todos los que se encuentran en el ámbito literario español


(La relación de sus obras. por fecha de publicación, se puede ver en el apartado de 
Bibliografía.
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Véase: 

ARTURO PEREZ-REVERTE: LA SONRISA DEL CAZADOR,JOSE BELMONTE SERRANO, NAUSICAA, 2003

SOBRE HEROES Y LIBROS: LA OBRA NARRATIVA Y PERIODISTICA DE ARTURO PEREZ-REVERTE

JOSE BELMONTE SERRANO, y JOSE MANUEL LOPEZ DE ABIADA, (EDS.) NAUSICAA, 2003

Bibliografía de Arturo Pérez-Reverte

BIBLIOGRAFÍA

Narrativa:

El húsar (1986l)

El maestro de esgrima (1988)

La tabla de Flandes (1990)

El club Dumas o La sombra de Richelieu (1993)

La sombra del águila (1993)

Territorio comanche (1994)

Un asunto de honor (Cachito) (1995)

La piel del tambor (1995)

La carta esférica (2000)

La Reina del Sur (2002)

Cabo Trafalgar (2004)

El pintor de batallas (2006)

Un día de cólera (2007)

Ojos azules (2009)

El asedio (2010)



Serie Las aventuras del capitán Alatriste:

El capitán Alatriste (1996)

Limpieza de sangre (1997)

El sol de Breda (1998)

El oro del rey (2000)

El caballero del jubón amarillo (2003)

Corsarios de Levante (2006)



Periodismo:

Patente de corso (1998)

Con ánimo de ofender (2001)

No me cogeréis vivo (2005)

Cuando éramos honrados mercenarios (2009)


Adaptaciones cinematográficas:

El maestro de esgrima, Pedro Olea (1992)

La tabla de Flandes, Jim McBride (1994)

Cachito, Enrique Urbizu (1995)

Territorio comanche, Gerardo Herrero (1997)

Camino de Santiago, Robert Young (1999)

La novena puerta, Roman Polański (1999)

Gitano, Manuel Palacios (2000)

Alatriste, Agustín Díaz Yanes (2006)

La carta esférica, Imanol Uribe (2007)

Quart. El hombre de Roma, Jacobo Rispa (2007)

La Reina del Sur (telenovela)



PREMIOS

Premio Goya al mejor guión adaptado por El maestro de esgrima (1992)

Grand Prix de literatura policiaca de Francia (1993)

Premio Asturias de Periodismo por su cobertura para TVE de la guerra de la ex Yugoslavia (1993)

Premio Ondas (1993)

Premio de la Academia Sueca de Novela Detectivesca a la mejor traducción extranjera (1994)

Premio Palle Rosenkranz (1994)

Premio de las lectoras de la revista Elle (1995)

Premio Jean Monnet de literatura europea (1997)

Premio Adalid de la Libertad (1999)

Premio de la cadena COPE-Cadena 100 de Bizkaia (2000)

Premio Mediterráneo (2001)

XXIX Premio González-Ruano de Periodismo (2004)

V Premio «Joaquín Romero Murube» (2004)

Premio Vallombrosa Gregor von Rezzori(2008)

Grand Prix Littéraire Saint-Emilion Pomerol Fronsac (2008)

Fiambrera de Plata del Ateneo de Córdoba (2009)



El asedio
Arturo Pérez-Reverte
Alfaguara
Madrid, 2010

por
 Ana Alejandre

La última novela de este autor,
 El asedio, vuelve a tener como telón de fondo el tema histórico, en este caso, situado en Cádiz, en 1811, cuando las Cortes Constituyentes se reúnen en dicha ciudad, en el extremo más septentrional de España, en un intento de dotar de Carta Magna a un país al que Napoleón había invadido, queriendo convertirlo en una sucursal de Francia, e intenta sitiar a esta ciudad, vieja y sabia, en la que discurre la vida con la normalidad de quien tiene un futuro incierto, pero intenta conjurarlo a fuerza de empuje y coraje.

Sin embargo, además de la convulsión política y el asedio francés, que da nombre a la novela, se entremezcla con el ambiente, ya de por sí peligroso de una ciudad en guerra, los turbios y siniestros planes de un asesino que va dejando su macabro reguero de víctimas y sangre que se suma al escenario de guerra, amores, chalaneos, intereses e intrigas que hacen una perfecta simbiosis de suspense policíaco y narración histórica en una ciudad azotada por el Levante y los horrores de la guerra.

Esta novela revela la madurez literria de su autor que consigue plasmar la tensión bélica yel misterio y la intriga de una investigación policíaca realizada por el comisario Tizón, que tiene que descubrir y detener al asesino de las desventuradas muchachas que aparecen muertas, con sus cuerpos deshechos a latigazos. En la investigación que realiza, el comisario descubre un hilo de conexión entre el lugar donde caen las bombas napoleónicas y el sitio en el que se cometen los espeluznantes crímenes. Este asesino se convierte así en el peor enemigo de los habitantes de la ciudad gaditana que sienten más horror hacia sus desmanes que a los propios ataques de los franceses. Cádiz se convierte así en un gigantesco tablero de ajedrez, juego al que es asiduo el comisario Tizón, y éste tendrá que ir descubriendo en qué lugar caerá la próxima bomba y se cometerá el siguiente crimen.
 

El suspense está servido de las manos de un Pérez-Reverte, buen conocedor de la guerra y sus entresijos que ha tenido que sortear en innumerables ocasiones, por haber sido un corresponsal en las más importantes guerras de las tres últimas décadas del siglo pasado, que nos va llevando de la mano del comisario que busca cualquier indicio por cada rincón de la ciudad como buen sabueso que es, con amplia trayectoria profesional basada menos en la lógica y el razonamiento deductivo que en la utilización de ciertos hábitos policiales que no entran dentro de la más pura ortodoxia, sino en la utilización de otros elementos más eficaces como son los delatores, interrogatorios y torturas para conseguir unos resultados esclarecedores, superiores a los que fueran posible con la aséptica investigación propia de un Sherlock Holmes o Hércules Poirot.

La ciudad de Cádiz está retratada al aguafuerte, con barco sitiado en mar abierto, vecinos asustados por el asedio a cañonazos, pero más aún por la carnicería continua perpetrada por el asesino; además de recibir a cien mil refugiados, soldados, comerciantes, curas, diputados, putiferio y mangancia portuaria, que se mezclan y entremezclan, con sus vidas, sus tragedias, sus amores, odios y venganzas, en una amalgama que no deja indiferente al lector, sino que lo envuelve por la pasión, la reciedumbre, el suspense y la intriga que discurren a lo largo de las páginas. Entre todos los personajes que pululan por esta novela, se destacan Lolita Palma, soltera y treintañera, que hereda de su padre la empresa armadora de buques que trafican con América y Rusia o navegan con patente de corso. Esta mujer puede reflejar, a pesar de su época, la figura de cualquier mujer de negocios de la actualidad, fuerte, valiente, decidida que tiene que bregar en un mundo de hombres e intereses, especialmente con el capitán Lobo, del que es jefa y socia, hombre valiente, sincero, aunque no se podría reputar de caballero, pero con esa aureola de lobo solitario que está abocado a un destino de soledad y fracaso, pero siempre con la nota de coraje y valentía.

Además, a estos dos personajes se suman otros muchos: el artillero Desfosseux que, desde su puesto en las tropas napoleónicas, bombardea Cádiz con fruición y puntería de un experto en matemáticas que cuadricula la ciudad para encontrar mejor el objetivo exacto donde pueda hacer blanco con sus proyectiles. No lucha contra los españoles, aunque parezca paradójico, sino contra los elementos adversos a su función de experto artillero: la ley de la gravedad, los obstáculos naturales y los vientos de la bahía gaditana con los que tiene que luchar para alcanzar el blanco deseado con sus proyectiles. Además está Morraja, cazador furtivo, salinero, correoso y duro, escopetero del rey, que lucha por ganarse la vida que le es igualmente miserable, tanto en la paz como en la guerra; el espía taxidermista Fumagal, obsesionado hasta el paroxismo por el racionalismo, rodeado de animales disecados y palomas mensajeras que le sirven de medio de transmisión de sus espionajes. Y así un largo rosario de personajes, característicos, exaltados, algunos miserables, y otros llenos de una profunda humanidad que les salva de la desesperación.

La prosa de Pérez-Reverte es apasionada, pero cuidada hasta el mínimo detalle, porque su autor es un enamorado de las palabras, su herramienta de trabajo y de expresión, que le lleva a utilizar palabras ya en desuso, sobre todo en los diálogos, y lo hace con verdadero placer, con absoluta devoción por rescatarlas del olvido. A través de la novela va describiendo con todo lujo de detalles los escenarios y ropajes, dándole a cada uno de ellos el cariz, la descripción, algunas no exentas de ironía, en las que siempre destaca lo que hace peculiar al personaje: fracs oscuros, casacas verdes, las insignias y medallas militares, la chaquetilla con bocamangas en las que lucen las pesetas como adornos, etc.,

A pesar de utilizar un lenguaje en el que aparecen y lucen palabras de otros tiempos, acordes con la época relatada, no deja de utilizar expresiones populares que han llegado hasta nuestros días: desde “buscar a una aguja en un pajar”, refiriéndose a la investigación para encontrar al asesino en serie; hasta “se le va a pasar el arroz”, hablando de la mujer que sigue soltera a cierta edad; o “seguir dando hilo a la cometa”, en referencia a seguir torturando al preso para que confiese, y un largo etcétera que dicho de forma coloquial, en diálogos, muestran la frescura y el gracejo de unas expresiones que aún forman parte del lenguaje popular.

Su amor y conocimiento del mar le hace describir con todo lujo de detalles las embarcaciones: goletas, bergantines, faluchos, balandras y un largo etcétera que navegan, combaten o pescan en ellos los gaditanos y los franceses por la bahía de Cádiz, mar revuelto por las bombas y el Levante y el Poniente que se entrecruzan como los dos ejércitos en liza.

El tenebrismo de la guerra y de los asesinatos de las jóvenes se contrasta con la exaltación de los ánimos guerreros, la relación amorosa y comercial entre el capitán Lobo y su jefa y socia, el desgarro de los gaditanos que luchan por su vida, no sólo para salvarse de los bombazos y asesinatos, sino para salir de la miseria que los consume, la corrupción y la incertidumbre. Todo ello produce un escenario abigarrado, luminoso a veces y tenebroso, otras; apasionado, por momentos, y estremecedor en otros, como la aparición de nuevos cadáveres, victimas del asesino o la ejecución de los tres desertores, entre el horror y la improvisación, bañados en barro y en la lluvia inmisericorde, escena que parece haber salido de un cuadro de Goya.

Esta obra, nos muestra a un Pérez-Reverte más maduro que nunca en su escritura, en la ejecución narrativa de la obra, y en el apasionado y siempre vehemente y gozoso relato de un tiempo pasado, más de dos siglos antes, en el que se empezó a forjar la España actual y que dio como resultado la Constitución de 1812, llamada popularmente “la Pepa”; pero todo ello con la intriga policíaca que va entrecruzando sus hilos con los de la trama histórica, creando una obra que atrapa al lector a lo largo de su narración y lo envuelve en la mágica atmósfera que nuestra un perfecto mosaico del Cádiz asediado, y a sus habitantes que luchan para seguir adelante con sus vidas entre tanto horror y con la sombra de la muerte acechando a cada paso, pero sin dejar de vivir desgarrada y apasionadamente.

Citas de Arturo Pérez-Reverte

"Barro, sangre y mierda. Eso era la guerra, eso era todo, Santo Dios. Eso era todo." 

El Húsar (Madrid, Ediciones Akal, 1986), pág. 158. ISBN: 84-7600-103-7.

"En fin, lo que lamento profundamente es que, a partir del siglo XVIII, en España no se hermanara, como hizo la Revolución Francesa, la palabra ciudadano con patria, solidaridad, bien, esfuerzo y memoria común. Aquí no hubo guillotina para obispos, reyes y aristócratas; aquí siempre se ha fusilado a los mismos y de manera equivocada."

«Cualquiera que haya leído Historia de España sabe que aquí hemos sido todos igual de hijos de puta».[
sin fuentes]

«Me encanta este país. Lo juro. Por eso no me voy».[sin fuentes]

«Somos 45 millones de humoristas involuntarios».[sin fuentes]

"Es terrible que gente que no tiene la menor cultura, ni la menor memoria; gente que carece de los más elementales conocimientos históricos, fundamentales para la política, se atreva a entrar como elefantes por cacharrería en cuestiones tan delicadas para las que hace falta mucha cultura, mucho conocimiento y mucha lucidez. Por eso, cuando uno ve a un animal de bellota, con corbata fosforito o con lo que lleve, hablando de memoria histórica, se pregunta uno en manos de quiénes estamos. En este país de bobos mezclamos las cosas. Memoria histórica es toda, desde los iberos, los celtas, árabes o Flandes hasta las épocas más recientes. Pero es que la incultura es muy osada, muy atrevida, y en España hay incultos especialmente atrevidos."
 

Presentación de Corsarios de Levanteº

"Es un error grave mirar al pasado con los ojos del presente".
 

Presentación de Corsarios de Levante

"Es un error grave pedir a los novelistas que asuman compromisos públicos. Rechazo cuando me piden vincular mi trabajo, mi vida, mi pensamiento con la realidad inmediata. Puedo hablar de ella, pero nada me obliga ni a serle fiel. Yo soy un novelista de infantería, normal. En cambio, José Saramago -que es muy amigo mío y le respeto- sí tiene un compromiso político que le trasciende y lo proclama; y por ello, una obligación moral con ese compromiso."

"Yo he visto arder muchas bibliotecas, muchas ciudades bombardeadas, y he visto mundos enteros irse al carajo con apretar un botón. Eso me ha liberado de incertidumbres y me ha dado seguridad. Qué paradoja más grande: una de esas seguridades es que da lo mismo. Hay gente empeñada en construir obras literarias, acueductos o catedrales con la intención de pervivir. Están equivocados. Todo es más simple: yo escribo, tengo una biblioteca y navego. Ésa es mi vida, me basta y me sobra. Pretender universalidades, trascendencias, reconocimientos... "

"Lo que pasa desde hace cuarenta años es que estamos perdiendo la memoria o manipulándola de una manera infame. Y estamos pagando el precio; si un país es una catedral y la gente son las piedras, la historia es la argamasa. Sin argamasa no hay piedras que valgan. Cuando se habla de «recuperación de la memoria histórica» sólo se recuperan los últimos setenta y cinco años. Y yo me refiero a tres mil años. Y ése es un pequeño matiz. Sin ningún complejo: esto es Grecia, más Roma, más la latinidad medieval, más el Renacimiento, más el Barroco, más América con naves españolas en ida y vuelta, más la Ilustración, más la Europa de las ideas, las libertades, la Revolución Francesa y todo eso. Esto es un resultado de tal cadena. En el momento en el cual se escamotean los eslabones, en el momento en el cual se ocultan los momentos de ese largo proceso, se está eliminando todo aquello que da unidad y que es vertebrador. "

" Hay una cosa que no le perdono ni a la derecha ni a la izquierda. Que la izquierda haya dejado la idea de España como patrimonio exclusivo de la derecha y que ésta haya abusado de ello. Cierto, el franquismo contaminó la historia de España: le puso camisa azul al Cid, a los almogávares y a los Tercios de Flandes; pero cuando cambia el régimen, en vez de purgar la memoria de esa contaminación, lo que se hace es decir «cómo está contaminada», y entonces se la tira por la ventana, se barrena, se aplasta, se aniquila; con todo lo cual nos dejan indefensos. Y entonces, ¿qué pasa? Palabras contaminadas por el franquismo, como España, se dejan en manos de la derecha y a partir de ahí, todo lo que tiene que ver con patria, con bandera, con historia, con tradición en su sentido más noble, nos suena a derecha, y claro, es malo y sospechoso... Han conseguido que sea «sospechoso» todo lo que tiene que ver con nuestra memoria. Y en eso, insisto, han sido tan culpables el PP como el PSOE. Entre todos nos han desmantelado. Que alguien diga que la palabra España es franquista cuando «Hispania» nombraba a la provincia romana es ridículo.

"No creo que muchos diputados hayan leído un solo discurso de Cánovas, Sagasta, Prieto, Azaña, Sagasta o Calvo Sotelo. Desconocen la tradición parlamentaria de la Restauración y de la II República. Estamos en manos de unos políticos que están haciendo una España virtual que no tiene nada que ver con la realidad. Si paras en cualquier taberna de pueblo o cualquier bar de carretera, allí donde haya trabajadores, te das cuenta de un divorcio absoluto. Se han construido una España política sólo para ellos, en la cual medran y se acuchillan, aunque luego se van a comer juntos tras el número parlamentario. Y esto es indignante."

"Napoleón nos hizo polvo. En España había un movimiento al que se llamaba «afrancesado» y que reunía a gente como Moratín y Goya, culta, con ideas renovadoras, y la invasión provocó su aplastamiento. Hay que decirlo: buena parte de la culpa la tuvimos los españoles, porque no se trata sólo de que llegara un rey malo que arrasó las libertades alcanzadas en la Constitución de 1812; sino de que los españoles también las tiramos por la ventana. Éste era un país tan miserable, tan cobarde, tan inculto, que cuando recibió una constitución avanzadísima, concebida en el papel por gente de bien y que le daba libertad, en vez de levantarse en su apoyo, se une al carro del despotismo y secunda a Fernando VII en la persecución del espíritu liberal. [...] Hay una excusa y es que la gente era analfabeta. Nadie le había enseñado a pensar, estaba en manos de curas fanáticos, de reyes incapaces y de ministros corruptos. Igual se apuñalaba franceses que liberales y luego ibas a misa y te absolvían. Pero ya no es así, la educación es universal y gratuita, existe internet, hay libros de bolsillo, el que quiera puede acceder a la cultura. Hoy es inculto el que quiere. El campesino que pegaba fuego a la iglesia de su pueblo y mataba al cacique en el año 36 quizá tenía una explicación histórica. Ya no; el que hace caso omiso al progreso y la solidaridad es por cobardía, por apoltronamiento y por bajeza moral. Cuando gritamos «¡Vivan las cadenas!» es porque queremos tenerlas. En España nos sigue dando miedo la libertad responsable, aunque la otra nos encanta... Poder mearnos en la esquina nos pone."

"Los medios igual que hacen el mayor bien cuando denuncian la injusticia, también hacen el mayor mal cuando, atentos al libro de estilo de lo políticamente correcto, manipulan la realidad. Reproducen lo que es la sociedad y luego la sociedad se retroalimenta de ellos. Lo peor es que hoy no existe el espíritu crítico que hubo en España desde finales del siglo XIX hasta la II República. ¿Qué gente hay a la altura de Ortega en la derecha o en la izquierda? España es un país especialista en perder oportunidades. Entre el 98 y el 36 hubo una gran oportunidad; de la misma manera que la hubo a caballo de los siglos XVIII y XIX y que se perdió con la invasión napoleónica y Fernando VII. Y eso ha dejado un agujero que no se ha podido llenar con nada."

"El maestro debe inspirar al alumno temor y respeto. [...] La admiración va incluida. El maestro es alguien superior que tiene un conocimiento superior y lo transmite a los alumnos. Ésa debe ser la base. A lo mejor ésta es una concepción que ya no tiene que ver con la realidad, pero es en la que creo. Hablamos de la educación de chicos que a los veinte años tienen que tener conocimientos elementales de su cultura, su historia, su entorno. Cualquiera que tenga un hijo en edad escolar tiene que estar subiéndose por las paredes, y no por las clases de religión, qué puñetas, sino por el desmantelamiento de la cultura en todos los órdenes."
 

Entrevista

"España es un país cada vez más inculto"
 

Diario El Mundo, 11/5/2007

"El español no es una lengua nacionalista, porque no es una seña de identidad para nadie; es plurinacional y multilingüe. A pesar de lo que dicen los estúpidos y los manipuladores, es una lengua generosa, abierta, donde cabe todo el mundo y donde cualquier variante documentada con rigor es incorporada".
 

Diario El Mundo, 11/5/2007

"[...]España, el sur, la vieja cultura de la Europa mediterránea, sólo podían intuirse desde lugares como aquél. Sevilla era una superposición de historias, de vínculos imposibles de explicar unos sin otros. Rosario de tiempo, y sangre, y rezos en lenguas diferentes bajo un cielo azul y un sol sabio que todo lo igualaban en el transcurso de los siglos. Piedras supervivientes a las que aún era posible oír hablar. Bastaba olvidarse un momento de las cámaras de vídeo, las postales, los autocares cargados de turistas y jovencitas impertinentes, y acercar el oído a ellas, escuchando.
 

La piel del tambor (Círculo de Lectores, Barcelona) pág. 92.

«¿No se sintió nunca como uno de esos peones de ajedrez pasados, que se olvidan en un rincón del tablero y oyen apagarse a su espalda el rumor de la batalla mientras intentan mantenerse erguidos, preguntándose si queda en pie un rey al que seguir sirviendo?»
 

La piel del tambor.

"Para un reportero en una guerra, territorio comanche es el lugar donde el instinto dice que pares el coche y des media vuelta; donde siempre parece a punto de anochecer y caminas pegado a las paredes, hacia los tiros que suenan a lo lejos, mientras escuchas el ruido de sus pasos sobre los cristales rotos. Territorio comanche es allí donde los oyes crujir bajo tus botas, y aunque no ves a nadie sabes que te están mirando"
 

"Territorio Comanche"

"Todos somos nacionalistas de algo: la lengua, la memoria, la cultura, la infancia. El fútbol. Pero creo que el senador Maqueda hablaba de otro nacionalismo: el que se envuelve en la bandera local, el exclusivo y excluyente, el de nosotros y ellos. El patológico. El que manipula instintos y sentimientos para conseguir perversa rentabilidad política. Y por ahí, no. En ese sentido, algunos no nos sentimos nacionalistas en absoluto."
 

En el suplemento dominical XLSemanal del Diario ABC, 18 de junio de 2006, refiriéndose a las palabras del senador del PNV Francisco Javier Maqueda Lafuente.

"Todo el mundo -incluso los japoneses y, si me apuran, los norteamericanos- tiene derecho a viajar y a la cultura, suponiendo que viajar pueda todavía considerarse cultura.[...] Mas convendrán conmigo en que asomarse a una ventana del hotel Daniel de Venecia y encontrar los canales literalmente atestados por miles de japoneses en góndola, o vivir en el Crillón de París rodeado de fulanos de Arkansas que hablan por la nariz, llevan gorras de béisbol y preguntan dónde está la fontana de Trevi, le quita el encanto a cualquier cosa"
 

Fuente: columna en XLSemanal del 1 de Junio de 1997: "Aquellos viejos hoteles"

"Y es que la Historia sólo está muerta para los imbéciles, o para los que gallean de nación pero no comparten la palabra: mierdecillas aldeanos que, por defender la memoria propia, niegan y ofenden la de otros. O, peor aún, la memoria que ellos mismos tienen en común con otros; que, además, suele ser casi toda."
 

Fuente: columna en XLSemanal del 9 de enero de 2005.

"Yo soy jacobino y creo que los estados deben ser fuertes y que la educación debe ser férrea y medieval. Digo que los estados deben ser fuertes, no autoritarios ni totalitarios. Entre los jacobinos no hay nacionalismos posibles, sino un país solidario y a marcar el paso; y el que no quiera ser libre, lo va a ser a garrotazos".
 

Entrevista

"Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado."
 

XL Semanal, Permitidme tutearos, imbéciles.

"Uno puede desayunarse cada mañana viendo en los periódicos y la tele cómo gudaris y otros paladines catalaúnicos, celtas, euskaldunes, andalusíes o de donde sean, incluso cretinos bocazas peinados de través como el coqueto y casposo Iñaki Anasagasti, meten el dedo, removiéndolo, en cuanto ojo encuentran a mano, con tal de joder un poquito más, o se limpian las babas con cualquier bandera que no sea la de su parcelita. Pero que a los demás no se nos ocurra, por Dios, hablar de Historia, ni de España, ni de nada, ni siquiera en términos generales, que no coincida exactamente con lo expuesto en el escaparate de su negocio. Hasta ahí podíamos llegar. (...) Veinticinco siglos de memoria documentada, bibliotecas, viejas piedras y paisajes no tienen la menor importancia frente a la historia local reescrita por mercenarios de pesebre, que es la única que les importa. Mal acostumbrados por gobernantes expertos en succionar entrepiernas a cambio de votos –desde el amigo Aznar al pacífico Zapatero–, a los patriotas de cercanías les sienta fatal que alguien les lleve la contraria a estas alturas del desmadre, cuando gracias
 a la cobardía, la incultura y la estupidez de la infame clase política española todo parece estar, por fin, al alcance de su mano. Quisieran esos pseudohistoriadores de tebeo que, cada vez que llega una de sus cartas refutando con argumentos de hace tres días lo que gente docta e inteligente tardó siglos en acumular, probar y fijar, yo me levante de la mesa, vaya a mi biblioteca, y ante los veinte mil libros que hay en ella, ante las catedrales, los castillos, los acueductos romanos, las iglesias visigodas y los museos, ante los documentos históricos conservados en los archivos de toda España y de medio mundo, diga: «Mentís como bellacos. Acaba de poneros patas arriba mi primo Astérix con dos recortes de periódico, cuatro cañonazos de Felipe V y las obras completas de Sabino Arana». Encima, oigan, algunos amenazan con no leerme nunca más, o juran que no volverán a hacerlo en el futuro. Para castigarme por españolista, por facha y por cabrón. Y qué quieren que les diga. Que sin lectores así puedo pasarme perfectamente. Que vayan y lean a su puta madre." 

XL Semanal, Patriotas de cercanías.

"No tengo nada contra las lumis [prostitutas], ojo. Alguien tiene que parir a ciertos políticos de los que mojan en nuestras diecisiete salsas y nos animan el telediario."
 

XL Semanal, Putimadrid la nuit.

"España es uno de los países más afortunados del mundo, y al mismo tiempo el más estúpido. Aquí vivimos como en ningún otro lugar de Europa, y la prueba es que los guiris saben dónde calentarse los huesos. Lo tenemos todo, pero nos gusta reventarlo. Hablo de ustedes y de mí. Nuestra envilecida y analfabeta clase política, nuestros caciques territoriales, nuestros obispos siniestros, nuestra infame educación, nuestras ministras idiotas del miembro y de la miembra, son reflejo de la sociedad que los elige, los aplaude, los disfruta y los soporta."
 

Un facha de siete años

"Podríamos mandar a tomar por saco ese viejo trapo y hacer uno distinto. Al fin y al cabo sólo existe desde hace dos siglos y medio. Podríamos encargarle una bandera nueva, más actual, a Mariscal, a Alberto Corazón, a Victorio o a Lucchino. O a todos juntos. Pero es que iba a dar igual. Tendríamos las mismas aunque pusiéramos una de color rosa con un mechero Bic, un arpa y la niña de los Simpson en el centro; y en las carreteras, el borreguito de Norit en vez del toro de Osborne. El problema no es la bandera, ni el toro, sino la puta que nos parió. A todos nosotros. A los ciudadanos de este país de mierda."
 

Un facha de siete años

"Cuando hace años murió alguien muy cercano y querido para mí, en el momento de bajarlo a la tumba alguien, entre sus amigos, comentó: «Era un hombre honrado y un caballero». Y qué quieren que les diga. Me pareció el mejor epitafio que un hombre puede desear para sí mismo, pero temo que nadie dirá eso en mi funeral. No porque pueda o no pueda serlo, que ése es asunto mío y no viene al caso; sino porque dudo que alguien aprecie todavía el valor de esas palabras. Ahora, honrado es sinónimo de tonto, y en la puerta de los servicios de los bares llaman señora y caballero a cualquiera."
 

Viejas palabras que nadie enseña

"Así, felices de habernos conocido, seguimos galopando alegremente, toctoc, tocotoc, hacia la nada absoluta. Todavía hay tontos del ciruelo –y tontas del frutal que corresponda– sosteniendo imperturbables que leer en clase en voz alta no es pedagógico. Que ni siquiera leer lo es; ya que, según tales capullos, dedicar demasiado tiempo a la lectura antes de los 14 años hace que los chicos se aíslen del grupo y descuiden las actividades comunes y el buen rollito. Y eso de ir por libre en el cole es mentar la bicha; te convierte en pasto de psicólogos, psicoterapeutas y psicoterapeutos. Cada pequeño cabrón que prefiere leer en su rincón a interactuar adecuadamente en la actividad plástico-formativo-solidaria de su entorno circunflejo, por ejemplo, torpedea que el día de mañana tengamos ciudadanos aborregados, acríticos, ejemplarmente receptivos a la demagogia barata, que es lo que se busca. Mejor un bobo votando según le llenen el pesebre, que un resabiado culto que lo mismo se cisca en tus muertos y vete tú a saber."
 

Subvenciones, maestros y psicopedagilipollas

"Me hubiera gustado ser francés hace unas semanas, el día que entró en vigor la ley prohibiendo el uso del velo en los colegios públicos de allí. En un ejercicio admirable de civismo republicano, los dirigentes musulmanes franceses dijeron a sus correligionarios que, incluso pareciéndoles mal la ley, aquello era Francia, que las leyes estaban para cumplirlas, y que quien se beneficia de una sociedad libre y democrática debe acatar las reglas que permiten a esa sociedad seguir siendo libre y democrática. Así, todo transcurrió con normalidad. Al llegar al cole las chicas se quitaban el velo, o no entraban. Y oigan. No hubo un incidente, ni una declaración pública adversa. Políticos, imanes, alumnos. Ese día, todos de acuerdo: Francia. Y ahora imaginen lo que habría ocurrido aquí en el caso –si hubiese habido cojones para aprobar esa ley, que lo dudo– de prohibirse el velo en las escuelas públicas españolas. Cada autonomía, cada municipio y cada colegio aplicando la norma a su aire, unos sí, otros no, gobierno y oposición mentándose los muertos, policías ante los colegios, demagogia, mala fe, insultos a las niñas con velo, insultos a las niñas sin velo, manifestaciones de padres, de alumnos, de sindicatos y de oenegés lo mismo a favor que en contra, el Pepé clamando Santiago y cierra España, el Pesoe con ochenta y seis posturas distintas según el sitio y la hora del día, los obispos preguntando qué hay de lo mío, ministros, consejeros y presidentes autonómicos compitiendo en decir imbecilidades, Llamazares largando simplezas sobre el federalismo intrínseco del Islam, Maragall afirmando la existencia de un Mahoma catalán soberanista, Ibarretxe diferenciando entre musulmanes a secas y musulmanes y musulmanas vascos y vascas, y los programas rosa de la tele, por supuesto, analizando intelectualmente el asunto."
 

Por qué me gustaría ser francés

"Cada cual tiene el diablo que se merece
." 

El club Dumas (Madrid, Alfaguara, pág. 493. ISBN: 978-84-204-7199-0.)

"Odio a los cristianos que se han dejado matar en los circos romanos sin pelear. La lucha justifica la existencia del hombre. Un hombre que no lucha no es un hombre. Uno adquiere su dignidad enfrentándose a la enfermedad, al horror, a la soledad, a la estupidez. El hombre tiene la obligación moral de pelear contra todas las cosas negativas con las que la vida le rodea. La vida me ha hecho abandonar muchas cosas salvo el respecto por el valor. Entiendo por valor esa facultad humana de poder decir no, de negarse a rendirse, de luchar hasta el final por las convicciones. Luchar igualmente, sabiendo que en tu fusil ya no quedan cartuchos. La única verdadera virtud es el combate por la dignidad."
 

Articulo publicado en el "Magazine Litteraire", junio de 2000

"Porque somos un país de gilipollas gobernado desde hace siglos por mediocres, analfabetos y acomplejados. ¿Te parece que lo he dicho lo bastante claro?"
 

Encuentro digital en elmundo.es, 10 de marzo de 2006.

A la pregunta de ¿por qué los británicos han sido capaces de glorificar sus derrotas como la retirada de sir John Moore, Isandhlwana o Dunkerke y nosotros [los españoles] nos avergonzamos de nuestras victorias?

"Sin cultura (me refiero a cultura de verdad, a educación y a lucidez) no hay futuro posible. Los pueblos incultos, sobre todo los deliberadamente incultos, tienen un futuro problemático."
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"Creo que el peor daño social es la ignorancia aliada con la estupidez y el poder. En España, independientemente de ideologías, esa trilogía letal se da con desagradable frecuencia. A algunos basta oírlos expresarse para comprender que, no es que no hayan ni hecho el Bachillerato, es que alardean públicamente de ello."
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"El éxito tiene un par de ventajas y algunos inconvenientes. Los inconvenientes me los callo, pero en cuanto a las ventajas podríamos citar dos: me da la independencia de vivir como quiero y decir lo que quiero, y los maitres me dan mejores mesas en los restaurantes."
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"Cuando Héctor o Aquiles no tienen la suerte de morir en Troya, se convierten en Ulises intentando regresar a Ítaca bajo un cielo sin dioses, y llamándose Nadie para sobrevivir en la cueva del cíclope. Cualquier imbécil puede ser Héctor o Aquiles. Lo difícil es ser Ulises con una Troya ardiendo en la memoria. Ése es el héroe que me interesa, y con él escribo novelas. Quizá porque a mi edad soy más Ulises que Aquiles y yo también tengo sangre en las uñas y alguna Troya ardiendo a las espaldas. En realidad, todas mis novelas hablan sobre lo mismo: sobre ese Ulises, hombre o mujer, moviéndose por territorio hostil. Por territorio enemigo."
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"Mi vida ha sido desordenada y complicada. Se parece, cuando miro atrás, a una habitación donde esté todo revuelto. Escribir novelas es una manera de ordenar cajones y cerrarlos. Nunca estará ordenada del todo la habitación, pero eso la hace más habitable."
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"Lo recuerdo porque escribí un reportaje sobre eso. Fue el 4 de abril de 1977, en Eritrea, cuando amigos míos a los que admiraba violaron, mataron y saquearon. La pérdida de inocencia se debió a que ni siquiera en esas circunstancias pude dejar de considerarlos amigos míos. Ese día aprendí que lo de los malos y los buenos es un cuento de hadas, y que el ser humano es un individuo complejo, capaz de lo mejor y de lo peor." (Sobre el momento en que perdió la inocencia)
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"Algo parecido a la Primavera de Vivaldi silbada por Jack el Destripador en plena faena. En tono bajito, casi íntimo." (Sobre el silbido de Gualterio Malatesta)
 

Twittervista para Twision en Veo7, 16 de Abril de 2010.

"Creo en varias cosas. Que la mejor puñalada se da en la ingle, de abajo arriba. En guerreros silenciosos y mujeres valientes. Creo en quienes toda su vida procuran pensar como griegos, pelear como troyanos y morir como romanos. Creo en que todos morimos solos y a ciegas. Y que para hacerlo con dignidad se requiere un largo entrenamiento. Creo en las piedras viejas y en los cuadros oscuros y en los atardeceres rojizos sobre el mar. Y en parejas jóvenes que se besan. Y creo en algunas otras cosas que no le contaré nunca."
 

(en Twitter, respuesta del día 15 de junio de 2010 a un usuario que le preguntaba en qué cree)

"Sigo creyendo que en el concilio de Trento España se equivocó de camino: mientras la Europa moderna apostaba por un Dios práctico, emprendedor, aquí fuimos rehenes de otro Dios reaccionario y siniestro, que nos hizo caminar en dirección opuesta al futuro mientras sus ministros proponían quemar, fusilar, prohibir, desterrar costumbres, libros, ideas y hombres. Mientras saboteaban constituciones, bendecían a generales carlistas o levantaban el brazo junto a caudillos paseados bajo palio. Y ahí siguen. Mezclando a Dios con las cosas de comer. Disputando arrogantes y pertinaces, a estas alturas de España, cualquier conquista del sentido común, la libertad y la vida."
 

Patente de corso: Sobre guillotinas y catedrales. XLSemanal 21 de junio de 2010. Disponible en: [1] (consulta 11/08/2010)

"Llámenla como quieran: Religión, Historia de la Religión, Historia religiosa de España, o de Europa. No sólo me alegro de que la estudien en los colegios, sino que, en mi opinión, debería ser obligatoria en todo plan escolar. Pero no como asignatura relacionada con la moral católica, ni la espiritualidad. El pecado, la salvación del alma y otros territorios adyacentes son cosa de cada familia, o del chico mismo, si tiene edad para elegir. Del interesado en el asunto. Allá cada cual con sus dioses y sus cíclopes. Yo hablo de equipaje lúcido. De cultura."
 

Patente de corso: Sobre guillotinas y catedrales. XLSemanal 21 de junio de 2010. Disponible en: [2] (consulta 11/08/2010)

"Siempre desconfío de quien no tiene (o dice no tener) enemigos. Caminar es elegir. Elegir es arriesgarse. Arriesgarse es pelear. No tener (oficialmente) enemigos requiere mucha capacidad de succión. Que también tiene su mérito."
 

en Twitter, respuesta del día 20 de noviembre de 2010 a un usuario que le dijo: "Los que no tienen enemigos no son de fiar”.

27 enero 2011

CAMILO JOSÉ CELA

                                                    Camilo José Cela, escritor 


por Ana Alejandre

Camilo José Cela Trulock , nació en la parroquia gallega de Iria Flavia, término municipal de Padrón (La Coruña) el 11 de mayo de 1916. Hijo de padre español y madre inglesa. Su nombre completo era Camilo José Manuel Juan Ramón Francisco de Jerónimo Cela Trulock.

Su infancia transcurrió en el lugar de nacimiento y afirma que en aquellos años fue inmensamente feliz, por lo que cuando le preguntaban qué quería ser de mayor él se ponía a llorar porque no quería ser nada, ni siquiera quería ser mayor.

Se trasladó a Madrid en compañía de su familia en 1925, porque su padre había sido destinado allí. Durante el bachillerato padeció tuberculosis, por lo que tuvo que ser internado durante dos años en el sanatorio de tuberculosos de Guadarrama. Allí fue cuando Cela, por el reposo al que se vio obligado, se dedicó a leer con fruición, dando rienda a su voracidad lectora.

En 1934 comienza sus estudios de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, aunque abandonó pronto dichos estudios para asistir como oyente a la Facultad de Filosofía y Letras en la que daba clases de literatura contemporánea el famoso poeta Pedro Salinas. Cela le muestra al profesor e insigne poeta sus primeros poemas que le deparar muchos elogios por parte de Salinas, quien le da innumerables consejos y estímulos para que continúe con su vocación literaria que fue un claro empuje para que el joven escritor se decidiera por la literatura como eje central de su vida.

En dicha facultad traba amistad con personajes como Alonso Zamora Vicente, la gran humanista y filósofa María Zambrano y al poeta levantino Miguel Hernández. Es a través de ellos como entra en contacto con el círculo intelectual del Madrid anterior a la Guerra Civil, en la que Cela intervino en el bando nacional. Durante la dura época de la guerra escribió su primera obra titulada Pisando la dudosa luz del día. A consecuencia de heridas recibidas en plena guerra tuvo que ser hospitalizado por segunda vez en su vida.

Posteriormente, en 1940, comienza los estudios de Derecho y también, en este mismo año, comienza a publicar. En 1942 aparece La familia de Pascual Duarte que constituyó un sonado éxito, a pesar de que la dureza extrema del tema que sirve de base a esta genial novela le provoca muchos problemas con la Iglesia y con la sociedad pacata de la época. Por ello, se prohíbe la segunda edición de la obra, por lo que termina siendo publicada en Buenos Aires.

Cela abandona los estudios de Derecho para convertirse en profesional de la literatura, consiguiendo el éxito rotundo y el prestigio que lo convierten en uno de los más importantes escritores españoles del siglo XX y principios del XXI.

Posteriormente, a principios de los cuarenta, contrae matrimonio con María del Rosario Conde Picavea y comienza a escribir su novela La colmena, una de sus obras más emblemáticas que es prohibida en años posteriores al ser publicada en Buenos Aires, en 1951. Además en esos años realiza dos exposiciones de pinturas suyas y publica Viaje a la Alcarria y el Cancionero de La Alcarria. Después, en 1956 aparece la revista Los papeles de San Armadans desde Mallorca, isla en la que se ha instalado y en la que vivirá durante un largo período de su vida. En ese año fue elegido para ocupar el sillón Q de la Real Academia Española y en la que ingresa leyendo un discurso que trata sobre el pinto Solana.Después de la muerte de Franco y debido a la llegada de la democracia, Cela comienza a tener un papel preponderante en la vida pública española, pero por motivos extraliterarios. Desde 1977 a 1979 fue designado por el Rey para ocupar un escaño en el Senado de las primeras Cortes democráticas y en su cargo de senador participó en la revisión del texto constitucional que había sido propuesto por el Congreso.

A pesar de su actividad como senador, Cela siguió publicando incansablemente y como había hecho a lo largo de toda su carrera literaria. De esta etapa son sus novelas Mazurca para dos muertos y Cristo versus Arizona.

En las dos últimas décadas de su vida obtuvo de forma continuada diversos homenajes, premios y reconocimientos de las instituciones académicas o públicas; pero eso no fue óbice para conseguir también innumerables críticas y originar polémicas por su peculiar y genial estilo como escritor y su personalidad inimitable.

Los premios más importantes de esa época son el Príncipe de Asturias (1987), el Nobel de Literatura (1989) y el Miguel de Cervantes (1995).

El 1991 contrajo un segundo matrimonio con Marina Castaño. En 1996, el Rey don Juan Carlos I le concedió el título de Marqués de Iria Flavia y el lema que Cela adoptó para el escudo de marquesado fue El que resiste, gana.

Falleció en Madrid el 17 de enero de 2002 y, según su segunda esposa, murió de forma plácida y sin darse cuenta.

Con la frase elegida por Cela para su escudo nobiliario , queda patente el talento genial de este escritor y su talante en el que brilla la voluntad firme e inquebrantable de seguir su vocación literaria hasta las últimas consecuencias, a pesar de los obstáculos, los enemigos que no le faltaron nunca, y la incapacidad de algunos para reconocer que Cela era y sigue siendo, porque su obra ha quedado como una joya del patrimonio literario y cultural español, uno de los más grandes escritores españoles de todos los tiempos.

Obra de Camilo José Cela, Premios y enlaces

BIBLIOGRAFÍA


Poesía

Pisando la dudosa luz del día (1936; 1.ª ed. 1945)
El monasterio y las palabras (1945)
Cancionero de la Alcarria (1948)
Tres poemas galegos (1957)
Reloj de arena, reloj de sol, reloj de sangre (1989)
Poesía completa (1996)


Romances de ciego

La verdadera historia de Gumersinda Cosculluela, moza
que prefirió la muerte a la deshonra
(1959)
Encarnación Toledano o la perdición de los hombres (1959)
Viaje a U.S.A. (1965)


Novela

La familia de Pascual Duarte (1942)
Pabellón de reposo (1943)
Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes (1944)
La colmena (1951)
Mrs. Caldwell habla con su hijo (1953)
La catira (1955)
Tobogán de hambrientos (1962)
San Camilo 1936 (1969)
Oficio de tinieblas 5 (1973)
Mazurca para dos muertos (1983)
Cristo versus Arizona (1988)
El asesinato del perdedor (1994)
La cruz de San Andrés (1994)
Madera de boj (1999)

Novela corta

Timoteo el incomprendido (1952)
Santa Balbina 37, gas en cada piso (1952)
Café de artistas (1953)
El molino de viento (1956)
La familia del héroe (1965)
El ciudadano Iscariote Reclús (1965)


Cuentos, fábulas, apuntes y divertimentos

Esas nubes que pasan (1945)
El bonito crimen del carabinero (1947)
El gallego y su cuadrilla (1949)
Nuevo retablo de don Cristobita (1957)
Los viejos amigos (1960)
Gavilla de fábulas sin amor (1962)
El solitario y los sueños de Quesada (1963)
Toreo de salón (1963)
Once cuentos de fútbol (1963)
Izas, rabizas y colipoterras (1964)
Nuevas escenas matritenses (7 series, 1965-1966)
Rol de cornudos (1976)
Las orejas del niño Raúl (1985)
Vocación de repartidor (1985)
La bandada de palomas (1987)
Los Caprichos de Francisco de Goya y Lucientes (1989)
El hombre y el mar (1990)
Cachondeos, escarceos y otros meneos (1991)
La sima de las penúltimas inocencias (1993)
La dama pájara (1994)
Historias familiares (1999)

Memorias

La rosa (1959)
Memorias, entendimientos y voluntades (1993)

Viajes

Viaje a la Alcarria (1948)
Ávila (1952)
Del Miño al Bidasoa (1952)
Judíos, moros y cristianos (1956)
Primer viaje andaluz (1959)
Páginas de geografía errabunda (1965)
Viaje al Pirineo de Lérida (1965)
Madrid (1966)
Barcelona (1970)
Nuevo viaje a la Alcarria (1986)
Galicia (1990)


Artículos

Mesa revuelta (1945)
Cajón de sastre (1957)
La rueda de los ocios (1957)
Cuatro figuras del 98 (1961)
Garito de hospicianos (1963)
Las compañías convenientes (1963)
Al servicio de algo (1969)
La bola del mundo (1972)
Los sueños vanos, los ángeles curiosos (1979)
Los vasos comunicantes (1981)
Vuelta de hoja (1981)
El juego de los tres madroños (1983)
El asno de Buridán (1986)
Desde el palomar de Hita (1991)
El camaleón soltero (1992)
El huevo del juicio (1993)
A bote pronto (1994)
El color de la mañana (1996)

Teatro

María Sabina (1967)
Homenaje a El Bosco I. El carro del heno o el inventor de la guillotina (1969)
Homenaje a El Bosco II. La extracción de la piedra de la locura o la invención del garrote (1999)


Lexicografía y otros saberes

Diccionario secreto (t.I, 1968; t.II-1971)
Enciclopedia del erotismo (1976)
Diccionario geográfico popular de España (1998)


Adaptaciones, traducciones, versiones

Poema del Cid, Cantar I (1957-1959)
Libro de guisados, manjares y potajes, de maese Ruperto de Nola (1969)
La resistible ascensión de Arturo Ui, de Bertolt Brecht (1975)
La Celestina (1979)
El Quijote (1981)


ENLACES


http://www.aache.com/cela/index.htm

http://www.nobel.se/literature/laureates/1989/cela-lecture.html

http://www.terra.es/cultura/premiocervantes/premiados/premiado95.htm

http://www.abc.es/cultural/dossier/dossier52/fijas/index.asp

http://deportes.ole.com/gastronomia/articulo/html/gas12858.htm

http://www.abc.es/especiales/index.asp?tid=7&hid=2077&cid=2077

http://www.operamundi.com.mx/2000/dic/011/cela.htm

http://www.fundacioncela.com/

http://www.hispanobel.com/

http://www.elmundo.es/especiales/2002/01/cultura/cela/
http://www.epdlp.com/cela.html

http://www.mcu.es/lab/libro/premios/biografias/cela.htm

http://www.ucm.es/info/especulo/numero11/cjcela.html

"La colmena", de Camilo José Cela


La colmena
Camilo José Cela
Alianza Editorial, Madrid, 1998.

Esta novela, una de las más emblemáticas de Camilo José Cela, se sitúa en un café madrileño de la década de los cuarenta, y a través de sus personajes vamos conociendo las penurias de la época, recién terminada la Guerra Civil, además de sus propios problemas personales y, como telón de fondo de todo ello, se van reflejando las costumbres de la España de la posguerra.
Se puede vislumbrar en esta novela la estructura de otra obra célebre del siglo XX como es la de Mahattan Transfer, del escritor norteamericano John Dos Passos, en cuanto a que las diversas historias que se encuentran en esta novela americana van entretejiendo la trama narrativa, ofreciendo un claro mosaico de la vida de una comunidad que, como sucede en La Colmena, es la auténtica protagonista de la obra. Ello se pone de manifiesto en la intencionalidad de Cela que titula a la obra como una colmena en la que viven, conviven y malviven toda clase de personajes, algunos con toques intelectuales y otros patéticos, tristes, sin faltar la nota autoritaria que representa la dueña del café, doña Rosa, que conforman una galería de personajes con vida propia, pero que también son prototipos de una época y de una sociedad maltrecha por la guerra que había asolado al país y a las propias vidas de los ciudadanos.
Se puede afirmar, por ello, que La Colmena es una novela coral ya que está compuesta por las historias de muchas decenas de personajes, aunque siempre hay protagonistas y personajes secundarios, como sucede en obras de esta misma característica y, por ello, se puede hacer difícil la lectura por el entrecruzamiento de historias, vidas y situaciones, y por la mayor o menor importancia o interés que pueda despertar al lector todas ellas. Como toda novela coral hay pasajes mejor conseguidos que otros, ya que es imposible que una novela de esas características mantenga el mismo ritmo narrativo a lo largo de todas sus páginas.
Hay pasajes en las que el lector se queda con la incógnita de cuáles son las razones o motivos de ciertas situaciones que atraviesan algunos de los protagonistas, como puede ser la persecución policial que sufre el periodista o escritor Martin Marco y puede ser un recurso estilística del autor con el que brinda al lector la posibilidad de que piense o deduzca si es un problema político o, simplemente, delictivo. Con ese dejar a la imaginación del lector las múltiples posibilidades de las situaciones, Cela parece inaugurar la novela abierta, es decir, aquella en la que el escritor sugiere ciertas evidencias, pero dejando al lector que trate de construir un puzle con las piezas en forma de datos o indicios que el escritor apunta. Esta indefinición, que no se sabe si es voluntariamente buscada o sobrevenida en la escritura de Cela, se repite en otros personajes, como si Cela quisiera jugar con el misterio y empujara al lector a buscar las coordenadas que le expliquen el porqué de tantas incógnitas y de situaciones no definidas , lo que puede hacer la lectura de esta obra muy sugerente para cierto tipo de lector que no quiere que le den todo hecho y sí prefiere una cierta participación en la historia que lee y que en su imaginación recrea, lo que es otra forma de crear.

Por otra parte, la prosa es muy clara, sobria y ajustada en sus expresiones, estilo muy propio  de Cela que quiere huir de todas las florituras y busca la sencillez de la expresión, lo que le da una mayor contundencia y efectividad. No hay que negar que Cela, que fue el creador del estilo llamado “tremendismo”, es también un escritor de una prosa prodigiosa en su concreción, sencillez y dominio del lenguaje. Por ello, aunque describa las situaciones más atroces en su crudeza, utiliza un lenguaje claro en la exposición de las taras físicas, morales o psíquicas, pero sin regodearse en ello, ni caer en la brutalidad de la forma, sino sólo en el fondo. Aunque hay alusiones, y muchas, al sexo, Cela nunca cae en la vulgaridad, en lo zafio, y las alusiones a situaciones sexuales siempre están veladas por una cierta cautela y nunca de forma explícita. Esto se podría explicar por la censura que no permitía alusiones directas a los temas sexuales, políticos, sociales, etc. 

La colmena, pues, es una novela que refleja a la perfección la España triste, pobre y desolada después de la Guerra Civil, en la que aparecen reflejadas las mil y unas maneras de salir de la miseria que tenían al alcance los protagonistas de la novela y del mundo real como era el estraperlo, los trapicheos y la búsqueda de la propia supervivencia de todos los modos y maneras aunque no fueran demasiado legales ,y por ello, fue prohibida en España por la censura ya que la calificaban de pornográfica, inmoral, brutal y otras descalificaciones que demostraban que la novela reflejaba una realidad auténtica y no falseada que molestaba a las altas instancias del poder.

Esta novela ofrece muchos diálogos, muchos de ellos muy naturales, espontáneos, pero por eso mismo, pueden sonar al lector algunos de estos diálogos como un tanto arcaizantes en algunas de sus expresiones, por lo que no se debe olvidar que Cela es un clásico del siglo XX que se expresa en un castellano que tiene las resonancias de los escritores de la generación de 98, a la que algunos críticos lo han querido asimilar, a pesar de la diferencia de edad y estilo, y que el propio escritor ha rehusado. En su estilo se advierte, además, que, aunque ofrece muchas descripciones, son siempre muy concisas, con el propósito de configurar el escenario en el que se desarrollan las diversas situaciones, pero no convierten a éste en un protagonista más de la obra como sucede con las novelas de un realismo descriptivo del que Cela se aparta.

La colmena es una gran novela de un escritor que encontró, en la época en la que fue escrita, gran cantidad de cortapisas en forma de censura y condicionamiento político para dar rienda suelta a su innegable talento creador que se pone de manifiesto, a pesar de ello, en esta novela que es muy significativa en el conjunto de su obra y que constituye la expresión genuina del gran escritor que fue Camilo José de Cela.