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29 junio 2016

Bibliografía de Juan Benet

BIBLIOGRAFÍA                                                  
Juan Benet
Novela:

Volverás a Región (1967) 
Una Meditación (1970) 
Una tumba (1971) 
Un viaje de invierno (1972) 
La otra casa de Mazón (1973) 
En el Estado (1977) 
Saúl ante Samuel (1980) 
El aire de un crimen (1980) 
Herrumbrosas lanzas I (1983) 
Herrumbrosas lanzas II (1985) 
Herrumbrosas lanzas III (1986) 
En la penumbra (1989) 
El caballero de Sajonia (1991) 

Relato:

Nunca llegarás a nada (1961) 
5 Narraciones y 2 fábulas (1972) 
Sub rosa (1973) 
Cuentos completos I y II (1977) 
Trece fábulas y media (1981) 

Ensayo:
La inspiración y el estilo (1966) 
Puerta de tierra (1970) 
El ángel del señor abandona a Tobías (1976) 
Qué fue la guerra civil (1976) 
En ciernes (1976) 
Del pozo y del Numa (1978) 
La moviola de Eurípides (1981) 
Sobre la incertidumbre (1982) 
Artículos I (1983) 
El agua en España (1986) 
Otoño en Madrid hacia 1950 (1987) 
Londres victoriano (1989) 
La construcción de la torre de Babel (1990) 

Teatro:
Max (1953) 
Anastas o el origen de la Constitución (1958) 
Agonía confutans (1966) 
Un caso de conciencia (1967) 
Teatro (1971) 

Libros póstumos:
Prosas civiles (1994) 
Páginas impares ( 1996) 
Cartografía personal (1997) 
Herrumbrosas lanzas (1998) 
Una biografía literaria (2007) 
Infidelidad del regreso (2007) 
Si yo fuera presidente. La hidráulica como solución a las necesidades hídricas (2009) 
PREMIOS
Biblioteca Breve (1969)
Premio de la Crítica (1983)

ENLACES

07 julio 2015

Bibliografía y Premios de Eduardo Galeano

Eduardo Galeano
BILIOGRAFÍA 

Los días siguientes 1962
China 1964: Crónica de un desafío 1964
Los fantasmas del día del león y otros relatos 1967
Guatemala: Clave de Latinoamérica 1967
Reportajes: Tierras de Latinoamérica, otros puntos cardinales, y algo más 1967
Siete imágenes de Bolivia 1971
Las venas abiertas de América Latina 1971
Crónicas latinoamericanas 1972
Vagabundo 1973
La canción de nosotros 1975
Conversaciones con Raimon 1977
Días y noches de amor y de guerra 1978
La piedra que arde 1980
Voces de nuestro tiempo 1981
Memorias del fuego I - Los nacimientos 1982
Memorias del fuego II - Las caras y las máscaras 1984
Contraseña 1985
Memorias del fuego III - El siglo del viento 1986
Aventuras de los jóvenes dioses 1986
Nosotros decimos no: Crónicas (1963-1988) 1989
El libro de los abrazos 1989
Las palabras andantes 1993
El fútbol a sol y sombra 1995
Las aventuras de los dioses 1995
Patas arriba. La escuela del mundo al revés 1998
Carta al ciudadano 6.000 1999
Bocas del Tiempo 2004
El Viaje 2006
Carta al señor futuro 2007
Patas arriba, la escuela del mundo al revés 2008
Espejos. Una historia casi universal 2008
Los hijos de los días 2011
Mujeres – antología 2015

PREMIOS
Premio Casa de las Américas 1975
Premio Casa de las Américas 1978
Premio del Ministerio de Cultura del Uruguay 1982
Premio del Ministerio de Cultura del Uruguay 1984
Premio del Ministerio de Cultura del Uruguay 1986
American Book Award 1989
Premio Stig Dagerman 2010
Premio Alba de las letras 2013

ENLACES
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/04/13/actualidad/1428930211_890802.html
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/04/13/actualidad/1428928171_482353.html
http://textosparalaindignacion.wordpress.com/2011/06/10/el-derecho-de-sonar-eduardo-galeano/
http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Eduardo%20Galeano&inicio=0
http://www.youtube.com/watch?v=kJwV_vyJv8A
http://elpais.com/autor/eduardo_galeano/a/
http://www.elortiba.org/galeano1.html
http://www.textosypretextos.com.ar/Eduardo-Galeano
http://www.youtube.com/watch?v=m1C2bo_9S2Y
http://www.youtube.com/watch?v=oozY5lsYmPc
http://www.rtve.es/noticias/20120508/eduardo-galeano-mas-necesario-nunca-defender-esta-siendo-aniquilado/522773.shtml
http://www.youtube.com/watch?v=MuvVEV2ZR6Q http://textosparalaindignacion.wordpress.com/2011/06/10/el-derecho-de-sonar-eduardo-galeano/


22 septiembre 2013

JUAN MARSÉ

Juan Marsé, escritor
por Ana Alejandre

              Nació el 8 de enero de 1933 en Barcelona, muriendo su madre en el parto, quedando al cuidado de su padre, taxista de profesión, que lo dio en adopción a un joven matrimonio apellidado Marsé que no podía tener hijos, por lo que lo adoptó a las pocas semanas de nacer.
        En la ciudad condal transcurrió su infancia y también residió en dos pueblos: de la provincia de Tarragona: Sant Jaume dels Domenys y Arboç del Penedés, donde residían sus abuelos. estudió hasta la adolescencia, porque a los 13 años comenzó a trabajar en un taller de joyería, abandonando los estudios,   ya ue siempre fue un mal estudiante que pasaba más tiempo en la calle jugando y los estudios le interesaban poco. Mientras ejercía dicho oficio comenzó a sentir nítidamente su vocación literaria y publicó sus primeros poemas en la revista Ínsula, entre 1957 y 1959,.y obtiene el premio de cuentos Sésamo.
            Es un apasionado lector de novelas de aventuras, única referencia cultural que tiene en su vida marcada por la penuria del barrio de trabajadores que le marcaronn de forma indeleble y cuyos recuerdos, de los que se nutre principalmente su obra, conforman buena parte de las historias que relata en sus novelas. 
            La influencia política que recibe de su padre adoptivo que había sido de Esquerra y, después del PSUC, pero como militante atípico, yendo por libre, calaron hondo en el joven Marsé que se declara un "voyeur del anarquismo" por la fuerte influencia paterna, pues Marsé consideraba a su padre más como un resistente que como un anarquista.
            Su primera novela empieza a escribirla cuando tenía 22 años, Encerrado con un solo juguete, con la que queda finalista en el premio Biblioteca Breve de 1960 que queda desierto por falta de quorum y que le lanzó en su carrera literaria, aunque el escritor no se encontraba satisfecho, a pesar de las buenas críticas recibidas por esa obra, que se ajustaba al estilo de realismo social entonces muy en boga. 
            Se traslada a París ese mismo año, siguiendo los consejos del poeta Gil de Biedma, y empieza a trabajar como mozo de almacén en el Departamento de Bioquímica Celular del Institut Pasteur, al servicio de Jacques Monod, Premio Nobel y de ideología comunista, con el que mantiene conversaciones sobre la España franquista y comienza su relación con el PCE, influido no tanto por Monod, sino porque dicha organización hacía un fuerte oposición al Gobierno de Franco; partido que abandonó por surgir fuertes desavenencias con sus dirigentes por la intransigencia que mostraban ante la conducta sexual de uno de sus miembros que no era la ortodoxa.
            De regreso a Barcelona, en 1962, publica Esta cara de la luna, obra que no figura en sus obras completas por deseo del escritor que la rechaza. Años más tarde, en 1965, publica Últimas tardes con Teresa con la que obtiene el premio Biblioteca Breve de Seix Barral y que se define como una crítica o parodia de la novela social en sus dos modalidades: la primera, como la expresión del sufrimiento del pueblo y, la segunda, como la constatación de la decadencia de la burguesía, pero siempre desde el lado de la caricatura y el esperpento, porque Marsé afirma ser un gran admirador de Valle-Inclán.
            A partir de entonces, se dedica de pleno a la literatura y abandona definitivamente su oficio de joyero. Empieza a colaborar como columnista en periódicos y revistas, así como colabora con editoriales y escribe diálogos cinematográficos junto a Juan García Hortelano que era amigo suyo.
En 1966 contrae matrimonio con Joaquina Hoyas de la que tiene dos hijos. También, publica en 1970 una extraordinaria novela titulada La oscura historia de la prima Montse, en la que se pone de manifiesto las coordenadas literarias que ha seguido a lo largo de su trayectoria literaria hasta el momento y que son la nota definitoria de toda su obra y sirven para comprender el universo literario de este autor.
            Fue a partir de 1970 cuando comienza a escribir una novela que se considera cumbre en su carrera literaria Si te dicen que caí, publicada en 1972, considerada una de las más importantes novelas escrita después de la guerra. En esta novela aparecen unos relatos inventados por los protagonistas llamados aventis que continuarán apareciendo en bastantes de sus obras posteriores.
            Se vio obligado a publicarla en México, país en el que recibió el Premio Internacional de Novela, por haber sido censurada en España. En ella, inspirada en su infancia y en el territorio en el que se desenvolvió, se encuentran las claves de toda su obra, al poner de manifiesto su sempiterna actitud crítica ante la realidad sociológica de la época en la que transcurre, los años de la reciente posguerra, y ese tono de continua crítica y rechazo a lo establecido será siempre el marco en el que discurrirán obras posteriores en las que pone de manifiesto su continua rebeldía ante una realidad social que no le gustaba ni le gustará nunca, porque su actitud no ha cambiado con el paso de los años, manteniendo siempre su actitud beligerante sea cual fuere la sociedad en la que viva.
            Comienza a colaborar con la revista Por favor, manteniendo una columna dedicada a relatos sobre personajes de actualidad con la que consigue un gran éxito. El Premio Planeta se le otorga por su novela La muchacha de las bragas de oro, novela a la que sigue Un día volveré (1982) y Ronda de Guinardó (1984), novelas en las que la materia narrativa se compone de la propia memoria del escritor, de sus vivencias y sensaciones que le sirven para componer el tejido narrativo de sus historias, como si, además de escribir una obra literaria, con ella también exorcizara a sus propios demonios interiores en un intento de, al recobrar la memoria de sus años vividos, recrear de nuevo aquel tiempo, a los personajes que lo habitaron y a su propia e íntima verdad personal que se incardina así en la historia colectiva de un pueblo. El propia autor afirma que la realidad en sí misma le importa poco y que prefiere la realidad inventada, porque en ella y en su interpretación se encuentran verdades profundas, claves para interpretar lo vivido, el tiempo que ya no volverá y se encuentran así los signos descifrados de un pasado que empieza a tener vida, coherencia y significado cuando ya no existe, paradójicamente, y sólo lo hace en la memoria del escritor que la revive a través del lenguaje, de la palabra, de la memoria y la emoción.
            A partir de 1990 se produce su consagración y éxito como escritor ya consolidado. Recibe el Ateneo de Sevilla por El amante bilingüe; y en 1994 le conceden por su novela El embrujo de Shanghái el Premio de la Crítica y el Aristeion, premios estos que revalidan aún más su triunfo como escritor. Después, un largo silencio de siete años hasta que vuelve a publicar, en el 2000, su última novela, Rabos de lagartija,que es premiada doblemente con el Premio de la Crítica y el Nacional de Narrativa, siendo este último el primer reconocimiento oficial que se le hizo con demasiado retraso a este escritor, una de las más importantes figuras del panorama literario español. También recibió por esta novela el Premio Juan Rulfo que es el más alto galardón literario que concede México.
            En 2001 publicó una selección de artículos sobre cine que habían sido publicados anteriormente en la prensa, entre 1995 y 1996, con el título Un paseo por las estrellas. Cuentos completos (2002) es, como su título indica, la colección de los relatos cortos escritos desde 1957. En 2005 publicó, también, la novela Canciones de amor en el Lolita’s club.
            Su obra rompió con las técnicas narrativas que existían en España en la década de los sesenta y setenta, además de llevar la carga ferozmente crítica que es una constante en su narrativa. Se define Marsé como un escritor catalán que escribe en español. Su narrativa se relaciona con la de escritores con los hermanos Goytisolo, García Hortelano o Martín Santos, todos ellos que empezaron a escribir en la misma época que Marsé: entre los años 1955 a 1970. 
            Sin embargo, no se le puede encuadrar en ninguna de la tendencias narrativas que existen en la actualidad, porque su obra ofrece unas características peculiares, singulares, que la hacen distinta a todos los "ismos" literarios, incluso tampoco puede ser encuadrado en el "realismo mágico" que es el movimiento literario al que más se aproxima, pero sin que se pueda calificar como tal a su estilo que supera a la llamada novela social de los años cincuenta. 
            Hay una constante en su obra que es el mito del padre lejano y desconocido que impregna toda sus novelas como una especie de sombra, de trauma no resuelto y de fantasma que planea sobre el escritor de forma sutil pero presente y que otorga a su narrativa un eco de pérdida y añoranza que no mengua con los años.

03 octubre 2012

Fragmentos de obras de Carlos Fuentes

Carlos fuentes

La región más transparente, de Carlos fuentes (fragmento)

Aquí vivimos, en las calles se cruzan nuestros olores, de sudor y páchuli, de ladrillo nuevo y gas subterráneo, nuestras carnes ociosas y tensas, jamás nuestras miradas. Jamás nos hemos hincado juntos, tú y yo, a recibir la misma bestia; desgarrados juntos, creados juntos, sólo morimos para nosotros, aislados. Aquí caímos. Qué le vamos a hacer. Aguantarnos, mano. A ver si algún día mis dedos tocan los tuyos. Ven, déjate caer conmigo en la cicatriz lunar de nuestra ciudad, ciudad puñado de alcantarillas, ciudad cristal de vahos y escarcha mineral, ciudad presencia de todos nuestros olvidos, ciudad de acantilados carnívoros, ciudad dolor inmóvil, ciudad de la brevedad inmensa, ciudad del sol detenido, ciudad de calcinaciones largas, ciudad a fuego lento, ciudad con el agua al cuello, ciudad del letargo pícaro, ciudad de los nervios negros, ciudad de los tres ombligos, ciudad de la risa gualda, ciudad del hedor torcido, ciudad rígida entre el aire y los gusanos, ciudad vieja en las luces, vieja ciudad en su cuna de aves agoreras, ciudad nueva junto al polvo esculpido, ciudad a la vela del cielo gigante, ciudad de barnices oscuros y pedrería, ciudad bajo el lodo esplendente, ciudad de víscera y cuerdas, ciudad de la derrota violada (la que no pudimos amamantar a la luz, la derrota secreta), ciudad del tianguis sumiso, carne de tinaja, ciudad reflexión de la furia, ciudad del fracaso ansiado, ciudad en tempestad de cúpulas, ciudad abrevadero de las fauces rígidas del hermano empapado de sed y costras, ciudad tejida en la amnesia, resurrección de infancias, encarnación de pluma, ciudad perro, ciudad famélica, suntuosa villa, ciudad lepra y cólera, hundida ciudad. Tuna incandescente. Águila sin alas. Serpiente de estrellas. Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. En la región más transparente del aire.


Aura
, de Carlos fuentes (fragmento)

Tocas en vano con esa manija, esa cabeza de perro en cobre, gastada, sin relieves: semejante a la cabeza de un feto canino en los museos de ciencias naturales. Imaginas que el perro te sonríe y sueltas su contacto helado. La puerta cede al empuje levísimo, de tus dedos, y antes de entrar miras por última vez sobre tu hombro, frunces el ceño porque la larga fila detenida de camiones y autos gruñe, pita, suelta el humo insano de su prisa. Tratas, inútilmente de retener una sola imagen de ese mundo exterior indiferenciado.

Cierras el zaguán detrás de ti e intentas penetrar la oscuridad de ese callejón techado -patio, porque puedes oler el musgo, la humedad de las plantas, las raíces podridas, el perfume adormecedor y espeso-. Buscas en vano una luz que te guíe. Buscas la caja de fósforos en la bolsa de tu saco pero esa voz aguda y cascada te advierte desde lejos:

-No... no es necesario. Le ruego. Camine trece pasos hacia el frente y encontrará la escalera a su derecha. Suba, por favor. Son veintidós escalones. Cuéntelos.

Trece. Derecha. Veintidós.

El olor de la humedad, de las plantas podridas, te envolverá mientras marcas tus pasos, primero sobre las baldosas de piedra, enseguida sobre esa madera crujiente, fofa por la humedad y el encierro. Cuentas en voz baja hasta veintidós y te detienes, con la caja de fósforos entre las manos, el portafolio apretado contra las costillas. Tocas esa puerta que huele a pino viejo y húmedo; buscas una manija; terminas por empujar y sentir, ahora, un tapete bajo tus pies. Un tapete delgado, mal extendido, que te hará tropezar y darte cuenta de la nueva luz, grisácea y filtrada, que ilumina ciertos contornos.

-Señora -dices con una voz monótona, porque crees recordar una voz de mujer- Señora...

-Ahora a su izquierda. La primera puerta. Tenga la amabilidad.

Empujas esa puerta -ya no esperas que alguna se cierre propiamente; ya sabes que todas son puertas de golpe- y las luces dispersas se trenzan en tus pestañas, como si atravesaras una tenue red de seda. Sólo tienes ojos para esos muros de reflejos desiguales, donde parpadean docenas de luces. Consigues, al cabo, definirlas como veladoras, colocadas sobre repisas y entrepaños de ubicación asimétrica. Levemente, iluminan otras luces que son corazones de plata, frascos de cristal, vidrios enmarcados, y sólo detrás de este brillo intermitente verás, al fondo, la cama y el signo de una mano que parece atraerte con su movimiento pausado.

Lograrás verla cuando des la espalda a ese firmamento de luces devotas. Tropiezas al pie de la cama; debes rodearla para acercarte a la cabecera. Allí, esa figura pequeña se pierde en la inmensidad de la cama; al extender la mano no tocas otra mano, sino la piel gruesa, afieltrada, las orejas de ese objeto que roe con un silencio tenaz y te ofrece sus ojos rojos: sonríes y acaricias al conejo que yace al lado de la mano que, por fin, toca la tuya con unos dedos sin temperatura que se detienen largo tiempo sobre tu palma húmeda, la voltean y acercan tus dedos abiertos a la almohada de encajes que tocas para alejar tu mano de la otra.


Muñeca reina, de Carlos Fuentes (fragmento),

"...Amilamia riendo con placer cuando yo la levantaba del talle y la hacía girar sobre mi cabeza y ella parecía descubrir otra perspectiva del mundo en ese vuelo lento. Amilamia dándome la espalda y despidiéndose con el brazo en alto y los dedos alborotados. Y Amilamia en las mil posturas que adoptaba alrededor de mi banca: colgada de cabeza, con las piernas al aire y los calzones abombados; sentada sobre la grava, con las piernas cruzadas y la barbilla apoyada en el mentón; recostada sobre el pasto, exhibiendo el ombligo al sol; tejiendo ramas de los árboles, dibujando animales en el lodo con una vara, lamiendo los barrotes de la banca, escondida bajo el asiento, quebrando sin hablar las cortezas sueltas de los troncos añosos, mirando fijamente el horizonte más allá de la colina, canturreando con los ojos cerrados, imitando las voces de pájaros, perros, gatos, gallinas, caballos."


Citas de Carlos Fuentes
“Hay que llegar a saber que los hijos, vivos o muertos, felices o desdichados, activos o pasivos, tienen lo que el padre no tiene. Son más que el padre y más que ellos mismos. Nuestros hijos son los fantasmas de nuestra descendencia. El hijo es el padre del hombre”

“No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres”

“La memoria es el deseo satisfecho”

Sólo dañamos a los demás cuando somos incapaces de imaginarlos”.

“Los celos matan el amor pero no el deseo. Este es el verdadero castigo de la pasión traicionada. Odias a la mujer que rompió el pacto de amor, pero sigues deseando porque su traición fue la prueba de su propia pasión”.

“Si del amor hacemos la meta más cierta y el más cierto placer de nuestras vidas, ello se debe a que, por serlo para serlo, debe soñarse ilimitado sólo porque es, fatalmente, limitado”.

“Las revoluciones las hacen los hombres de carne y hueso y no los santos y todas acaban por crear una nueva casta privilegiada”.

“La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es”

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