Buscar este blog

Traductor

27 enero 2011

Anécdotas y citas de Camilo José Cela


Camilo José  Cela

Era de todos conocido el carácter de este gran escritor español en el que destacaban las respuestas ingeniosas y aceradas. A continuación se exponen varias anécdotas de este insigne autor de las letras españolas que ilustran sobradamente su talante, así como algunas de sus innumerables citas:

Anécdotas:
En su etapa de senador de designación real, le sucedió que se quedó dormido en una de las sesiones de la Cámara Alta y fue reprendido por el Presidente:
-Sr. Cela, está usted dormido.
A lo que el aludido respondió rápidamente:
-No, señor, no estoy dormido; sólo estoy durmiendo.
-¿Acaso no es lo mismo? –le respondió el Presidente.
-¡Claro que no es lo mismo!, porque no es igual estar dormido que estar durmiendo, como tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.
******

Una vez que estaba en la tertulia del famoso Café Gijón, a la que era asiduo, se le acercó un cliente que le dijo:
-Mire usted, señor Cela, acabo de apostarme mil duros a que soy capaz de tirarle de la barba. Ayúdeme a ganarlos, por favor.
Cela, dando una última calada a su cigarrillo y sin perder la compostura, le respondió impertérrito:
- Mire usted, joven, le voy a decir lo que pierde y lo que gana con su apuesta: pierde usted los mil duros y se gana una patada en los cojones..
******
En uno de sus muchos viajes a Galicia, su tierra natal, fue invitado a ser entrevistado en la televisión gallega. Cela acudió a la cita de muy buen humor, pero tuvo la mala fortuna de encontrarse ante un entrevistador poco avispado que le preguntó: 
-Dígame, señor Cela,¿ se considera usted un escritor gallego?
Cela que ya estaba acostumbrado a estas preguntas tontas y queriendo no dejar defraudado al público que esperaba una respuesta rápida y contundente de él, respondió:
-¡Hombre, usted verá! Soy escritor y soy gallego, por lo que debo de ser un escritor gallego, salvo que sea un maricón chino, usted verá…

******

En relación con la fama que tenía Cela de mostrar siempre un gesto adusto y poco dado a las sonrisas, explicó en una de las muchas entrevistas que concedió:
-No me he dejado entrevistar nunca con una sonrisa, porque no quería despistar a los historiadores del futuro.


******

Cuando le fue concedido el Premio Nobel de Literatura, en la rueda de prensa celebrada al efecto, un periodista le preguntó:
-Sr. Cela, ¿le ha sorprendido que le concedieran el Premio Nobel de Literatura?
-¡Muchísimo!, sobre todo porque me esperaba el Premio Nobel de Física –respondió Cela, desabrido.


******

En una reunión de la alta sociedad a la que asistía Cela, a pesar de su desagrado por ese tipo de actos sociales, tuvo que soportar a su lado a una encopetada señora que le hacía muchos comentarios cursis y vacuos que terminaron por agotar la paciencia de Cela ante tanto bobería ramplona, trufada de falso esnobismo. Harto de tanta tontería, soltó una de esas flatulencias que son propias de vientres tan abultados como los que lucía C.J. Cela. La señora, espantada ante aquel sonido horripilante, se quedó en silencio, lo que aprovechó Cela para acercarse a ella y, sin perder la compostura, le dijo en tono de complicidad susurrante:
- No se preocupe, señora. Diremos que he sido yo.

******

Citas de C.J. Cela:
  • “En España, el que resiste, gana”.
  • “El humor es la gran coraza con la que uno se defiende en este valle de lágrimas”.
  • “Hay que hacer las cosas que uno cree que debe hacer, y si a alguien no le gusta, pues mira…”.
  • “Hay mucha gente que no es auténtica y que no hace esfuerzo alguno por serlo. Esto es, que hace un arma de su propia falsedad. Esto es malo para todos. Ahora, en el pecado llevan la penitencia, porque peor que para nadie es para ellos mismos”.
  • “En absoluto busco la brillantez del estilo. Lo primero que hace falta es tener un estilo personal”.
  • “Para mí, lo más importante, es la fidelidad de mis colaboradores, no te quepa duda ninguna, la valora y la tengo siempre en cuenta”.
  • “Soy un sentimental que recibió una educación antisentimental”.
  • “No dudes que la realidad supera a la ficción, sobre esto no hay duda ninguna”.
  • “Un libro, hasta que no se publica, no sabes lo que has hecho. Ni siquiera sabes lo que es”.
  • “El autor habrá de jugar a la permanencia, aunque por encima de él están sus personajes que acaban sobreviviendo al autor”.
  • “Yo no creo en la improvisación, ni en la espontaneidad, ni en las dotes naturales”
  • “El riesgo es representar el papel que no nos corresponde”.
  • “Yo no creo que el desnudo sea ruborizante, ni siquiera ruboroso”.
  • “Los premios (literarios) comerciales son como la prostitución. Sólo se salvan los no comerciales como el Cervantes”.
  • “España es excesiva: ¡O te joden o te suben a los altares!”
  • “España me parece un país pasmoso, difícil, paradójico, confuso, pero quizás todo esto le añada mayor encanto!”
  • “Porque en España las izquierdas son de derechas y las derechas son iconoclastas”.
  • “Entre la inteligencia y la bondad, prefiero la inteligencia, sin duda…”
  • “Me decía un cura gallego amigo mío, muy sensato: ’Mira Camiliño Josesiño, eso de que tenemos que ir dejando los vicio, que dicen mis colegas, no es verdad, no hagas caso.¡Ya son los vicios los que nos van dejando a nosotros!’ Tenía razón”.
  • "¡Para qué vas a dar consejos! Te conviertes en una especie de abuelo Cebolleta contando sus batallitas”.
  • “Yo fui uno de los cuatro españoles que tuvimos el triste privilegio de bajar el cadáver de Baroja cuando murió, en la calle Ruíz de Alarcón, detrás del Rtiz, en Madrid”.
  • “Cada vez es uno más el tópico de sí mismo. Baroja se murió siendo el tópico de Baroja; Azorín se murió siendo el tópico de Azorín y Valle-Inclán se murió siendo el tópico de Valle-Inclán”.


14 octubre 2010

FRANCISCO AYALA



Francisco Ayala


Narrador, ensayista y crítico, nació en Granada en1906. Se licenció en Derecho .en la Universidad de Madrid en 1929. Por su excelente expediente académico obtuvo una beca para estudiar Filosofía Política y Sociología General en Alemania. De regreso a España, obtuvo el doctorado y comenzó a ejercer como catedrático de Sociología y Ciencias Políticas en la Universidad de Madrid, en cuya cátedra permaneció hasta el comienzo de la Guerra Civl en 1936. En aquella época colaboraba con la Revista de Occidente y la Gaceta Literaria.

.En 1935 nació su única hija, Nina y el comienzo de la Guerra le sorprendió viajando con su mujer e hija por Latinoamérica, por lo que regresó a España  con gran peligro de su vida, para ponerse al servicio del Gobierno de la República como funcionario público.

Una vez terminada la Guerra Civil, comenzó su exilio en Buenos Aires, ciudad en la que publicó algunas de sus obras, compaginando dicha labor con la docencia como profesor de sociología en la Universidad de la Plata desde 1939 hasta 1950. Además en esa época fundó la revista Realidad.

Posteriormente, se trasladó a residir  a Puerto Rico, ciudad en la que fundó la famosa revista La torre. Más tardé residió en Princeton, Nueva York y Chicago, ciudades  en las que fue profesor de literatura española.

Regresó  provisionalmente a España, en 1969 y ya de forma definitiva en 1980. Fue en 1998 cuando se creó la Fundación Francisco de Ayala como reconocimiento a la labor literaria del escritor. Dicha fundación tiene dos sedes: una en Sevilla y otra en Granada.

Sus primeras obras publicadas fueron Tragicomedia de un hombre sin espíritu (1925), Historia de un amanecer (1926), El boxeador y un ángel (1929) y Cazador en el alba (1930). Entre sus libros de narraciones breves destacan  El hechizado (1944); La cabeza del cordero, donde trata tema del exilio en el marco de exilios más remotos, como el de los moriscos, y Los usurpadores,. ambas de 1949

Posteriormente publicó,; Historia de macacos (1955), de carácter humorístico; De raptos, violaciones y otras inconveniencias (1966), que incluye “El rapto”, basado en el capítulo LI de la primera parte del Quijote; El jardín de las delicias (1971). También es autor de novelas como Muertes de perro (1958) y El fondo del vaso (1962).

Es autor además de ensayos literarios como La estructura narrativa (1970) y Novela española actual (1977).

La característica de la obra de Francisco  Ayala se podría definir  como el producto intelectual de la mirada crítica, siempre desde el distanciamiento, en la que predomina la ironía y la preocupación moral  que es el pilar fundamental de toda su obra, lo que algunos críticos lo consideran afin a algunos grandes clásicos del Siglo de Oro y también se encuentran en otros escritores intelectuales de su estilo, como Thomas Mann, Aldous Huxley y Ramón Pérez de Ayala.

En toda su obra, tanto la narrativa como la ensayística muestra una incansable y profunda búsqueda del sentido último de la realidad, ésta que forman los hechos cotidianos que conforman el tejido de la propia vida, del destino personal de cada individuo, pero también el de toda la sociedad y el significado que de este devenir puede ofrecer a cada ser humano como explicación de las fuerzas que interactúan en la sociedad y, en definitiva, el último y más trascendente significado de la propia existencia.

Ayala ha recibido a lo largo de su  extensa y prolífica carrera ha recibido los galardones, entre los que destacan el Premio Nacional de las Letras Españolas, en 1988, el Cervantes, el Príncipe de Asturias, en 1998, y el Premio Fernando Abril Martorell, en 2001; y ha sido nombrado Doctor Honoris Causa por varias Universidades, además de ser miembro de la más  Real Academia desde 1983 hasta su fallecimiento ocurrido el e de noviembre de 2009, en Madrid.



Bibliografía consultada:

Retratos y autorretratos de Francisco de Ayala, de  Rafael Suárea Rivera, Fundación JoseManuel Lara, 2006

En torno a Francisco Ayala, de Ricardo Landeira, Ediciones de Aquí, 2007

Francisco Ayala, el escritor en su siglo, de Luís García Montero, Diputación Provincial de Franada, 2009

Francisco Ayala y el mundo clásico,  de Inmaculada López Calahorro, Universiad de Granada, 2009

Francisco Ayala, sociólogo, de Salustiano de Campo Urbano, Instituto de Espña, 2007

Bibliografía de Francisco Ayala









BIBLIOGRAFÍA

Narrativa

· Tragicomedia de un hombre sin espíritu. (1925)

· Historia de un amanecer. Editorial Castalia, S.A. (1926)

· El boxeador y un ángel. (1929)

· Medusa Artificial. (1930)

· Cazador en el alba. López-Sarry, Ulises (1930)

· Diálogo de los muertos. (1939)

· La campana de Huesca. (1943)

· El hechizado. (1944)

· La cabeza del cordero. (1949)

· Los usurpadores. Editorial Sudamericana (1949)

· Historia de macacos. AUTOR-EDITOR 15 (1954)

· Muertes de perro. Editorial Sudamericana (1958)

· El fondo del vaso. Editorial Sudamericana (1962)

· El as de bastos. Sur Ediciones (1963)

· De este mundo al otro. (1963)

· El rapto. Ediciones Alfaguara (1965)

· Cuentos. Ediciones Generales Anaya, S.A. (1966)

· Obras narrativas completas. Aguilar (1969)

· El jardín de las delicias. Editorial Seix Barral, S.A. (1971)

· El inquisidor. Anaya (1972)

· El tiempo y yo ; El jardín de las delicias. Espasa-Calpe, S.A. (1978)

· De raptos, violaciones, macacos y demás inconveniencias. Editorial Seix Barral, S.A. (1982)

· De triunfos y penas. Editorial Seix Barral, S.A. (1982)

· Relatos granadinos. Ayuntamiento de Granada (1990)

· El regreso. Editorial Juventud, S.A. (1992)

· Visto y no visto. Espasa-Calpe, S.A. (1993)

· Narrativa completa. Alianza Editorial, S.A. (1993)

· De mis pasos en la tierra. Aguilar (1996)

· Cazador en el alba. Alianza Editorial, S.A. (2002)



Infantil y Juvenil

· El jardín de las malicias. Montena (1988)

· Relatos. Editorial Bruño (1992)



Otras Obras



· Historia de la libertad. Editorial Ceiba Atlántida (1943)

· Breve teoría de la traducción. (1956)

· Problemas de la traducción. Taurus Ediciones (1965)

· Galdós en su tiempo. Universidad Internacional Menéndez Pelayo (Madrid) (1978)

· Recuerdos y olvidos. Alianza Editorial, S.A. (1982)

· La estructura narrativa y otras experiencias literarias. Editorial Crítica (1984)

· Entre, antes, sobre, después, del anti-cine . Consejo Superior de Investigaciones Científicas (1995)

· En qué mundo vivimos. (1996)



Ensayo



· Indagación del cinema. (1929)

· El Derecho Social en la Constitución de la República Española. (1932)

· Los derechos individuales como garantía de la libertad. (1935)

· El pensamiento vivo de Saavedra Fajardo. (1941)

· El problema del liberalismo. Fondo de Cultura Económica de España, S.L. (1941)

· Oppenheimer. Fondo de Cultura Económica de España, S.L. (1942)

· Una doble experiencia política: España e Italia. (1944)

· Ensayo sobre la libertad. (1944)

· Histrionismo y representación: ejemplos y pretextos. Editorial Sudamericana (1944)

· Los políticos. (1944)

· Razón del mundo: Un examen de conciencia intelectual. (1944)

· Tratado de Sociología. (1947)

· El cine, arte y espectáculo. Argos, C. S. D. A., S. A. (1949)

· La invención del Quijote: Discurso leído en la fiesta de la lengua española celebrada en la Universidad de Puerto Rico el día 24 de abril de 1950. (1950)

· Ensayos de sociología política: En qué mundo vivimos. (1951)

· Introducción a las ciencias sociales. Aguilar (1952)

· Derechos de la persona individual para una sociedad de masas. Fundación Perrot Moore (1953)

· El escritor en la sociedad de masas. (1956)

· La crisis actual de la enseñanza. Nova, S.A. (1958)

· La integración social en América. Nova, S.A. (1958)

· Tecnología y libertad. Taurus Ediciones (1958)

· Experiencia e invención: Ensayos sobre el escritor y su mundo. Taurus Ediciones (1960)

· La evasión de los intelectuales . (1963)

· Realidad y ensueño. Editorial Gredos, S.A. (1963)

· De este mundo y del otro. Edhasa (1963)

· España a la fecha. Sur Ediciones (1965)

· Mis páginas mejores. Editorial Gredos, S.A. (1965)

· Hacia una semblanza de Quevedo. Joaquín Bedia, S.A. (1969)

· Reflexiones sobre la estructura narrativa. Taurus Ediciones (1970)

· El lazarillo: Nuevo examen de algunos aspectos. Taurus Ediciones (1971)

· Confrontaciones. Editorial Seix Barral, S.A. (1972)

· Los ensayos: Teoría y crítica literaria. Aguilar (1972)

· Hoy ya es ayer. Moneda y Crédito, S.A. (1972)

· Cervantes y Quevedo. Editorial Seix Barral, S.A. (1974)

· La novela: Galdós y Unamuno. Editorial Seix Barral, S.A. (1974)

· El escritor y su imagen: (Ortega y Gasset, Azorín, Valle-Inclán, Antonio Machado). Ediciones Guadarrama, S.A. (1975)

· El escritor y el cine. Ediciones del Centro (1975)

· Recuerdos y olvidos. Alianza Editorial, S.A. (1982)

· Palabras y letras. Edhasa (1983)

· La retórica del periodismo . Espasa-Calpe, S.A. (1984)

· La imagen de España: continuidad y cambio en la sociedad española. Alianza Editorial, S.A. (1986)

· Mi cuarto a espadas. (1988)

· Las plumas del fénix: estudios de literatura espaíiola. Alianza Editorial, S.A. (1989)

· El escritor en su siglo. Alianza Editorial, S.A. (1990)

· Contra el poder y otros ensayos. Universidad de Alcalá de Henares. Servicio de Publicaciones (1992)

· El tiempo y yo o El mundo a la espalda. Alianza Editorial, S.A. (1992)

· La invención del Quijote. Suma de Letras (2005)


PREMIOS

· Premio de la Crítica, 1972

· Premio Nacional de Narrativa, 1983

· Premio de las Letras Españolas, 1988

· Premio de las letras andaluzas, 1990

· Premio Fernando Abril Martorell

· Premio Cervantes, 1991

· Premio Príncipe de Asturias, 1998

· Premio Internacional de las Letras de la Fundación Cristóbal Gabarrón, 2004

· Premio Antonio de Sancha , 2005



ENLACES

Fundación Francisco Ayala
 http://www.ffayala.es/


Obra:


Entrevistas:



Textos:






Discurso premio Cervantes:


Artículos sobre su obra:





La cebeza del cordero, Francisco Ayala


 Comentarios de una lectora








La cabeza del cordero
Francisco de Ayala
Alianza Editorial, 1998


En toda la obra de Francisco Ayala destaca la claridad del lenguaje que siempre va acompañada de una prosa rica en el uso de las palabras más adecuadas a la narración, pero con un estilo siempre diáfano por el que ha sido eliminado todo término superfluo que pudiera enredar el concepto que Ayala quiere expresar. Además, en sus narraciones hay como un intento sutil, pero evidente a todas luces, de investigar en profundidad, las posibilidades de cualquier obra narrativa y, especialmente, las coordenadas que tiene que seguir el escritor actual al enfrentarse con su nueva obra. 
Por ello, se aprecia en este autor un espíritu de autocrítica que permanece a lo largo de toda su obra como una constante en la que se fija el espíritu indagador de un escritor que, además de serlo, es un  profesor de derecho político y, por su formación académica y su dedicación a la docencia universitaria, está acostumbrado al rigor expositivo y a la claridad de conceptos, cualidades que traslada a su obra, tanto de narrativa como ensayística, creando de esta forma un nexo indisoluble entre la obra que está creando y la crítica implícita que está subyacente al propio texto. 
Este espíritu crítico posibilita que Ayala utilice elementos que ya parecen caducos y decadentes, pero que al utilizarlos parecen recobrar la vigencia y utilidad ya perdidas al haber sido remodeladas por el talento creador de un escritor que hacía suyo el lema “limpia, fija y da esplendor” de la Real Academia de la Lengua de la que era miembro. Esto produce un lenguaje rico, llano, directo y sin ningún tipo de artificios, usando el vocablo exacto y preciso, pero con ese sabor a lo que resulta conocido y que, por eso mismo, llega más directamente al lector.
En esta obra que sirve de objeto a este comentario, se puede decir que se observa el ella un elemento del que ya habló el propio narrador como es la presencia constante de la angustia como un telón de fondo de estos relatos que están localizados en la Guerra Civil, aunque la contienda sólo es el escenario vital en el que se desenvuelve los personajes, atrapados entre el horror y la tragedia que toda guerra conlleva. En estos relatos se puede advertir una diversidad de tesis sobre la propia contienda que puede hacer que unos sean preferidos a otros, pero en todos ellos la altura estética está lograda sin que exista merma de unos a otros.
En esta obra, La cabeza del cordero, el autor analiza el corazón humano a través de sucesos que pueden ser considerados nimios en cuanto a su importancia, pero fundamentales para que Ayala incida sobre él con la pericia de un cirujano que hunde el bisturí en el cuerpo del paciente para atajar y analizar su dolencia. Así Ayala, con claridad y limpieza, va desmenuzando los hechos narrativos, acercándonos a los mismos y convirtiendo la primera imagen en otra mucho más rica y fractal, con distintas facetas desconocidas y sorprendentes, porque su escritura de profunda sinceridad va arrancando aristas a lo que antes parecía una superficie plana  que se va convirtiendo en otra multidimensional, enriqueciéndose a medida que el talento de Ayala lo va perfilando con sus dotes narrativas y su espíritu indagador de la propia realidad de la narración como fenómeno creativo.
Esta obra, escrita en 1949 y publicada por primera vez en Buenos Aires, en plena posguerra, es un pretexto para que Ayala pueda hacer elucubraciones teóricas sobre la guerra civil y sus consecuencias, pero mostrando su talento narrativo que convierte a sus historias no solamente en eso, sino en un ejercicio ensayístico de hondo calado intelectual.
.Basándose en la observación del corazón humano y apoyándose (a veces muy de refilón) en motivos de la guerra civil, las novelas de Ayala cuentan entre las invenciones mejor construídas y más profundas de nuestra literatura viva. De su calidad da fe la profundidad del plano cordial e intelectual alcanzado: el auténtico fondo del problema. Su imaginación es de tal textura que cualquier incidente (la bondad del suceso lo hará más inmediato al lector, a la eventual experiencia del lector) resulta transformado por su juego, enriquecido por una serie de dimensiones cuyo calado antes no preveíamos y convertido así en un acontecimiento lleno de resonancias y de misterio. Esta palabra no surge de improviso. Justamente el gran don de Ayala es la capacidad de restituir a lo trivial su misterio, su capacidad para mostrarnos las cosas, no en su engañosa apariencia sin secreto, sino en su realidad arcana, empapadas en el gran misterio que llena la vida del hombre.