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22 septiembre 2013

La isla del libro y el día del tesoro


Juan Marsé
Juan Marsé, escritor


Veo sentada ante mí, en casa, a la joven estudiante de robustas rodillas y nervioso bolígrafo que me visita para anotar en su cuaderno gravísimos datos sobre mis novelas con destino a su tesina; la veo parpadear, confusa, ante mis delgadas respuestas (que no encajan en su vasto y complicado plan de estudios: le digo, por ejemplo, que el Pijoaparte jamás se propuso desenmascarar a la burguesía catalana, sino simplemente enamorar a Teresa), la veo cotejar notas, alterar esquemas, rectificar planteamientos, desorientada, y yo, algo entristecido, me pregunto quién la ha desorientado, cuándo y cómo ha perdido esa muchacha el placer de leer. Afirma que la novela le gustó, pero se nota que no lo pasó bien leyéndola, y lo que es peor, ya no considera importante el pasárselo bien leyendo novelas. Entonces, ¿quién o quiénes le quitaron a esa chica el deseo de disfrutar con un libro, dejándole sólo la obligación de aprender? ¿Aprender qué, además? ¿Sociología, semiótica y semiología, estructuralismo, sentido y forma, relaciones metalingüísticas, perspectiva exógena y estructura interna?

Por un breve instante, horribles fantasmas de posibles tesinas pasadas y futuras desfilan por mi mente con extravagantes títulos: El significado de los toros y de la humilde patata en la poesía de Miguel Hernández -Estructura, calor y sabor de las magdalenas en la obra de Proust - El Pijoaparte hijo natural semiótico de Henry James, con permiso de Félix de Azúa - Los silencios de Moby Dick y su relación metalingüística con la pata de palo de John Silver y con el mezcal y los barrancos de la prosa deMalcolm Lowry - Madame Flaubert soy yo, dijo Federico García Lorca.

¡Maldición, estamos rodeados! Así es imposible leer, hay que saber demasiadas cosas, hay que amueblar la mente de bidets teóricos, hay que ser experto en demasiadas chorradas -le digo a la desilusionada estudiante de graves rodillas y afanoso bolígrafo. Se han empeñado ellos, los malditos tambores de las cátedras y de los institutos, los avinagrados columnistas de diarios de provincias, los rastreadores de estilos y figuras de la alfombra, los rebuznos de la crítica trascendente y los cuarenta años de incultura franquista, en convertir la lectura de un libro en cualquier cosa menos en un placer, un acto libre y espontáneo, una aventura personal con la imaginación. ¿Quieres un consejo? Tira por la borda ese cuaderno y ese bolígrafo y ponte a leer, sobre estas rodillas sojuzgadas de estudiante aplicada, y con ojos infantiles a ser posible, renovada la capacidad de asombro, el sentido de la vida y la imaginación penetrante, otra vez, "La isla del tesoro". Callarán los bobos tambores eruditos y recobrarás el tesoro de leer.

[Publicado por primera vez en "El Periódico", 22/4/79]

PARABELLUM
Por Juan Marsé

Agazapado sobre la mesa escritorio, Luys Ros empuñó la suntuosa y pesada estilográfica y la suspendió unos segundos sobre el folio veinte.
-¿Tú qué opinas, Mao? -dijo alegremente- ¿Lo hago?
El enorme bulldog, de un lustroso color avellana, abandonó la alfombra donde yacía y salió del estudio sin dignarse mirar a su amo. Poco después, cuando Luys Ros introduce la primera falacia en la redacción de sus memorias, apenas considera el hecho como una simple licencia poética, un personal ajuste de cuentas con el pasado que no cesa de importunar. Pero ese detalle trivial, la alteración de la fecha en que dejó de usar el fino y bien recortado bigote (1957, que tachó con la pluma para anotar 1942) provocaría en el texto una reacción en cadena de imprevisibles consecuencias. Encerrado en su retiro de la playa, en esta casa donde aprendía a aceptar con indiferencia su soledad, la muerte repentina de su mujer y el desprecio de sus hijos, empezó a torturar los folios mecanografiados mediante tachaduras y notas al margen. Arrepentirse de algo es modificar el pasado, pensó. Podría encabezar el capítulo sexto como epígrafe.
O bien invocar a M.: ni el pasado ha muerto, ni está el mañana ni el ayer escrito. Tres injertos ficticios en el tronco biográfico de la posguerra y nacerán las ramas que han de protegerte de cualquier acusación: ya en el año cuarenta y dos flaqueaba tu fidelidad a la ideología que te convocó en el treinta y seis: quedaría demostrado. Concibió la posible escena con Olvido, poco antes de la boda, soleada primavera en el recuerdo. Entre los utopistas de la victoria, yo era entonces uno más. Olvido: sus andares de novia en el Paseo de Gracia, el vuelo airoso de su falda estampada, el dorado vello de sus brazos. Salón Rosa. Aquí.
Luys Ros consultó unas notas de su diario. 28?10?42: Hoy envío a P. L. E. un poema para Escorial. He hablado por teléfono con L. F. V. y me confirma su asistencia a la boda. Aperitivo con Juan Antonio y Maribel en La Puñalada. Por la tarde, piernas cruzadas de Olvido en el Salón Rosa. Sus rodillas con polvo de reclinatorio, su indiferencia ante la lista de boda. D. R. regresó de Rusia. Aquí, eso es. Confesarle a Olvido tu decisión irrevocable de renuncia. Alegre muchacha de la Sección Femenina, en cuya Oficina de prensa trabajaba entonces, se llevaría un disgusto de muerte, eres alta y delgada, una terrible decepción. Su militancia tenaz, tan femenina. Tenía que ser la primera en saberlo, mañana en su casa. Pero al día siguiente, al entrar en aquel piso del Ensanche, el olor a medicinas, la palidez y la angustia de su madre, el silencio grave en el dormitorio, describir el ambiente: Olvido en la cama, demacrada. bellísima, el primer síntoma alarmante de una extraña enfermedad (por cierto, pensó mientras perfilaba la falsa escena, en esa época o poco después sufrió realmente un desvanecimiento, su madre lo recordaría si aún viviera. O sea: perfecto, encaja).
La conversación privada con el anciano médico de la familia, Goday creo que se llamaba (fallecido también, por fortuna) describir los síntomas, asesorarme con un médico: seguramente intensos dolores en pecho y brazos, parálisis parcial, etcétera. Quizá más verosímil la diabetes, tal vez leucemia, insuficiencia renal. O mejor una enfermedad cardíaca, una antigua lesión de la infancia a la que no se había dado importancia y se había reproducido, y que Olvido soportaría toda su vida con entereza ejemplar, en secreto. Sólo él lo sabría, su marido. Sembrar el texto de las memorias con los síntomas, desde ese día hasta su muerte: mareos, vómitos, palpitaciones. Hacerlo creíble, normal. Asesorarme con discreción. Pulir el estilo, maestro. Ni énfasis ni preciosismo...
A través de la ventana abierta, le llegó a Luys Ros el bullicio de los bañistas en la playa. La doble hilera de toldos listados, en los que predominaba el color fucsia, se extendía sobre la arena. Sí, evitar la retórica litúrgica, el entrañable estilo tan celebrado ayer y que hoy hace tronchar de risa a mis hijos y a Mariana, malditos hijos de la paz. Luys Ros arrugó el ceño sobre la nota al margen y dejó la pluma. Este injerto, destinado al capítulo cuarto y, pendiente de ulteriores precisiones de tipo médico, concluía con su decisión de postergar la ruptura con la Falange y con el Régimen hasta que Olvido superase la "grave enfermedad".


29 enero 2013

JOSÉ LIÍS SAMPEDRO

José Luís Sampedro, escritor y economista
por Ana Alejandre


Este escritor y economista, nació en Barcelona en 1917, pero con raíces familiares multiculturales, ya que su padre nació en La Habana, su madre en Argelia, y sus abuelos nacieron uno de ellos en Manila y otra de sus abuela en Lugano, Suiza italiana. 

Todos estos influjos fueron determinantes en su formación y también el hecho de haber vivido en Tánger desde que tenía cinco años de edad hasta la adolescencia, ciudad en la que nacieron dos de sus hermanos.
Al comenzar la guerra civil española, en 1936, fue movilizado y alistado en filas del ejército republicano, pero después pasó al bando nacional. En esta época comenzó a escribir poemas.
Finalizada la guerra, empezó a trabajar como funcionario de aduanas, en 1940, en Melilla, aunque solicitó más tarde el traslado a Madrid. Fue al acabar la guerra cuando escribió su primera novela La estatua de Adolfo Espejoque, no obstante, no fue publicada hasta 1994.
Contrajo matrimonio, en 1946, con Isabel Pellicer, de cuya unión nació, en 1947, su hija Isabel.
Su labor literaria se compaginaba con sus deberes profesionales dentro del mundo de la economía, por lo que en 1951 fue nombrado asesor del Ministro de Comercio. En ese mismo año publicó su novela congreso en Estocolmo, y años más tarde publicó sus primeras obras de economía Principios prácticos de localización industrial, 1957, y
Realidad económica y análisis estructural,1959.
Fue nombrado Catedrático de Estructura Económica, en1955, en la Universidad Complutense de Madrid, puesto que ocupó hasta 1969. Publica su novela El río que nos lleva, en 1951. Por haber sido expulsados de la Universidad los profesores Aranguren y tierno Galván, creó junto a ellos el Centro de Estudios e Investigaciones (CEISA), que fue clausurado por orden del Gobierno tres años más tarde. En esos años, además de su dedicación docente, trabajaba como economista en el Banco Exterior. En 1967, publica su nueva obra de economía Las fuerzas económicas de nuestro tiempo.
El caballo desnudo, su siguiente novela fue publicada en 1970 y principios de esa década aceptó el puesto de profesor visitante en las Universidades inglesas de Salford y Liverpool, pero regresó a España para desempeñar de nuevo el puesto de asesor económico de la Dirección General de Aduanas y fue también profesor 
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Bibliografía:

José Luis Sampedro : la escritura necesaria / Gloria Palacios 

Publicación: Madrid : Siruela, [1996] 
322 p. :
Colección: Los libros del tiempo ; 81 

Palabras y memoria de un escritor / Francisco Martín Martín
Publicación: La Coruña : Editorial Netbiblo, [2007], 330 p.




Bibliografía de José Luís Sampedro

Jose Luís Sampedro, escritor

BIBLIOGRAFÍA

Novela:
Congreso en Estocolmo, 1951.
El río que nos lleva, 1961.
El caballo desnudo, 1970.
Octubre, octubre, 1981.
La sonrisa etrusca, 1985.
La vieja sirena, 1990.
Real sitio, 1993
La estatua de Adolfo Espejo, 1994.
La sombra de los días, 1994.
El amante lesbiano, 2000.
La senda del drago, 2006
Cuarteto para un solista, 2011

Cuento
Mar al fondo, 1992.
Mientras la tierra gira, 1993.

Obras económicas
Principios prácticos de localización industrial, 1957.
Realidad económica y análisis estructural, 1959.
Conciencia del subdesarrollo, 1973.
Las fuerzas económicas de nuestro tiempo, 1967.
Inflación: una versión completa, 1976.
El mercado y la globalización, 2002.
Los mongoles en Bagdad, 2003.
Sobre política, mercado y convivencia, 2006
Economía humanista. Algo más que cifras,  2009

Otras obras:
Escribir es vivir, 2005
La ciencia y la vida, 2008
Reacciona, 2011

PREMIOS
I Premio Julián Besteiro de las Artes y las Letras
XXIV Premio Internacional Menéndez Pelayo,
Premio Nacional de las Letras, 2011.

OTRAS DISTINCIONES:
Académico de la Real Academia de la Lengua, 1990.
Medalla de la Orden de Carlomagno del Principado de Andorra, 2008; 
Orden de las Artes y las Letras de España, 2010

ENLACES
http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/sampedro/dialogos.htm
http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000001.nsf/(voAnexos)/archF625D8D045148045C1257148004336C5/$FILE/sampedro.htm
http://www.el-mundo.es/encuentros/invitados/2001/07/206/
http://revista.consumer.es/web/es/20001201/entrevista/
http://www.ub.es/geocrit/b3w-330.htm
http://www.nodo50.org/elotropais/n5/sampedro.htm
http://www.webislam.com/?idt=4462
http://www.revistafusion.com/1998/num55/entrev55.htm
http://www.epdlp.com/escritor.php?id=2263
http://www.tiramillas.net/libros/resenas/resenas051103/sampedro.html
http://www.tiramillas.net/libros/resenas/resenas031126/sampedro.htm
http://www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Ref=2389&ext=pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/%C2%A1Indignaos!
http://periodismohumano.com/sociedad/libertad-y-justicia/jose-luis-sampedro-escribe-el-prologo-de-%E2%80%9C%C2%A1indignaos%E2%80%9D-de-stephane-hessel.html
http://www.publico.es/382395/jose-luis-sampedro-no-teneis-derecho-a-recurrir-a-la-violencia-porque-teneis-la-razon-y-el-futuro
http://www.elpais.com/todo-sobre/persona/Jose/Luis/Sampedro/4839/
http://www.youtube.com/watch?v=LOmh3jcV28g

 

, La sonrisa etrusca, José Luís Sampedro


La sonrisa etrusca
José Luís Sampedro
Alfaguara

por 
Ana Alejandre

Esta novela, inspirada en el único nieto del autor, nacido en 1980, es una de las más importantes de la producción literaria de un escritor prolífico como es Sampedro, pero que consigue el éxito mayoritario con esta obra en la que su protagonista, un campesino calabrés que visita a sus hijos en Milán para someterse a unos exámenes médicos que le diagnosticarán una gravísima enfermedad.

La narración gira alrededor de las relaciones que mantiene el viejo protagonista con dos personas distintas en edad y condición, pero unidas por el nexo común de que ambas le descubren un universo nuevo de emociones, la primera protagonizada por su propio nieto que le ayuda a comprender la ternura y a asumirla como un valor imprescindible en la vida; y, la segunda, la de una joven mujer que le hace descubrir sensaciones y un nuevo y gozoso sentimiento amoroso que le transforma su vida, haciéndole añicos sus antiguas ideas y su escala de valores.

La novela se estructura en dos vías distintas que se entrecruzan y enlazan, pero siguiendo un orden aleatorio que siempre está al servicio de lo narrado, y con un ritmo vivo y alternando una vía y otra, lo que dinamiza toda la narración. Todo ello confluye en una situación en la que el protagonista, un anciano que cree llegado el final de su vida, va descubriendo, con asombro y emoción una nueva manera de vivir y sentir a través de un niño, su nieto, y una mujer en la que plasma un amor maduro y sugerente, unido a un espacio desconocido y nuevo para él, lejos de su tierra natal, lo que conforma un entramado en el que el personaje central vive y revive en él emociones intensas y reconfortantes en el frío invierno de su vejez.

La obra está escrita con una ternura que emana del rico lenguaje de toda la obra, además de una extrema lucidez con la que va describiendo la psicología de los personajes, pero sobre todo descubre el conocimiento que la larga experiencia vital de su autor le confiere para analizar situaciones y vivencias que ponen de manifiesto la exquisita sensibilidad de un autor que refleja su hondo humanismo en todas sus obras.

La sonrisa etrusca se considera, por muchos de sus estudiosos, su obra maestra y la que le valió el aplauso y el reconocimiento del público, lo que le alzó en la lista de los grandes novelistas españoles contemporáneos.

Es una obra encuadrada en el estilo realista, con un tiempo narrativo lineal que transcurre en unos sesi meses aproximadamente.
Sampedro no se ajusta a ningúna de las corrientes literarias actuales, y conserva el estilo propio de un escritor que cuenta las historias con claridad, sencillez y sin alambiques. En su prosa se advierten ecos de escritores de la Generación del 98, de la línea de Unamuno y Azorín, con el verbo justo y el adjetivo adecuado. La narración descansa sobre la propia historia que transcurre con sencillez y no en la estructura narrativa más vanguardistas. Cuenta lo que quiere contar sin biscar efectos narratovos más allá de lo narrado de los personajes y sus vivencias que articulan así la estructura de la novela sin artificios.